2015 fue un gran año para Gilead Sciences. El gigante farmacéutico, dueño del medicamento estrella para luchar contra la Hepatitis C, logró disparar sus cifras de negocio en España: rozó los 1.000 millones de euros, casi el triple que un año antes, de los cuales la inmensa mayoría era dinero público. Y lo hizo en el primer gran ejercicio de ventas de Sovaldi en el país. ¿Cuánto ganó? Obtuvo un beneficio neto de apenas 18 millones de euros. Su estructura fiscal es similar al resto de grandes multinacionales tecnológicas: su matriz, propietaria de los derechos de explotación de todos sus productos, se sitúa en Irlanda, y cuenta con filiales en paraísos fiscales como las Islas Caimán para enviar allí las ganancias. El objetivo: reducir al máximo la factura fiscal.
En los últimos meses de 2014, el Ministerio de Sanidad alcanzó un acuerdo con Gilead para adquirir este medicamento que incrementaba exponencialmente el porcentaje de curación de esta enfermedad infecciosa que afecta al hígado. De este pacto no se dieron a conocer los datos. Las conversaciones previas tenían el fin último de tratar de reducir los 60.000 euros que pedía la empresa por tratamiento (éste tiene una duración de 12 o 24 semanas). Se trataba de una cantidad muy elevada que fijaba el precio por cada una de las pastillas en más de 700 euros. Ni el departamento dirigido en aquel momento por Alfonso Alonso, ni la multinacional quisieron hacer públicos los precios pactados.
Los primeros tratamientos llegaron a finales de 2014. Por tanto, 2015 fue el primer ejercicio completo con Sovaldi en el mercado. Hasta ahora se desconocían las cifras de ese periodo. Esta semana han sido presentadas en el Registro Mercantil. La evolución habla por sí sola: de 386 millones a 978 millones en tan solo un año. ¿Cuánto de ese negocio fue generado por Sovaldi, al margen del resto de medicamentos de su portfolio? No lo especifica en su memoria, aunque sí reconoce que la línea de la Hepatitis “se afianza y sigue creciendo”.
Toda esta facturación generada por la empresa a través de su filial procede de las arcas públicas. Admite que del importe total de las operaciones comerciales, el 98% correspondió a contratos y acuerdos con las administraciones. El reparto cambió de manera importante en ese año: las ventas en el sector privado pasaron de representar el 19% a hacerlo al 2%.
Un beneficio reducido… gracias a Irlanda
Con casi 1.000 millones de euros de volumen de negocio, la filial, constituida en 1995 bajo el nombre original de Distribuciones Farmacéuticas Vestar S.A. cerró el ejercicio con unos beneficios antes de impuestos de unos 28 millones de euros. Es decir, pagó un Impuesto de Sociedades de apenas 10 millones de euros. La ingeniería fiscal es clave para disfrutar de esta reducida factura fiscal.
La filial tiene una matriz en Irlanda, Gilead Sciences Ireland UC, dueña de los derechos de las patentes de sus productos y con la que tiene un contrato firmado de comercialización y distribución de todo el portfolio de productos, incluido el Sovaldi. Fue en 2013 cuando transfirió todos los derechos de propiedad de este medicamento para la Hepatitis. Y así lo aseguraban los responsables de la compañía en ese ejercicio a los analistas: “Está domiciliada en Irlanda y mientras lo comercializamos, hay una oportunidad para que el tipo impositivo siga bajando durante los próximos años”.
La consecuencia es que la empresa española, que cuenta con un equipo de más de 160 empleados, se dedica exclusivamente a distribuir estos productos que son adquiridos a la matriz irlandesa. Con un precio muy alto en esas adquisiciones –sumaron 906 millones de euros-, el volumen de beneficios (y, por tanto, de impuestos) se vio muy reducido.
El broche para cerrar esta estructura fiscal es el del paraíso fiscal. Como sucede con Google y otras tecnológicas, gran parte de los beneficios concentrados en Irlanda los transfiere a un paraíso fiscal como las Islas Caimán. La compañía ha tenido filiales en este paraíso fiscal, tal y como ha informado al regulador estadounidense, y en otros. Y según el ‘think tank’ Americans for Tax Fairness, es sólo la cuarta compañía con más dividendos por repatriar del extranjero sólo por detrás de Apple, Microsoft y su competidora Pfizer. De acuerdo a su estimación, a cierre de 2015 tenía 28.500 millones de dólares de ganancias en estos territorios.
Sin sanciones de Hacienda
Toda esta ingeniería fiscal no ha desembocado en ninguna sanción por parte de la Agencia Tributaria. Durante el año 2015 inició una inspección específica para impuestos como el IVA, el IRPF y el Impuesto de No Residentes. Ante una posible multa, la filial ha decidido reservar en sus provisiones algo más de 1,3 millones de euros.
Toda su estructura fiscal también ha generado controversia en su país de origen, Estados Unidos. Hace casi un año, Americans for Tax Fairness estimó que el margen de beneficio de Gilead se había disparado y su tasa impositiva se había desplomado desde que lanzó su medicamento Hepatitis C. En concreto, mover toda la propiedad de las patentes a Irlanda –y hacer que todas las filiales, incluida la española, paguen un precio por ello para distribuir sus productos en los países- le ha permitido reducir la factura fiscal sólo en su mercado de nacimiento en más de 10.000 millones de dólares desde el año 2013.
Cobros 'al día' con la administración
Su negocio se basa en los contratos con la administración pública. Pero, ¿cómo aborda los posibles impagos? La propia empresa reconoce en su memoria que los sucesivos mecanismos de apoyo a la liquidez de las comunidades autónomas han propiciado “la disminución de la deuda de las comunidades por suministros farmacéuticos experimentada en el ejercicio 2014 se haya mantenido 2015”. En este sentido, recuerda: “Se han cobrado a cierre de 2015 la práctica totalidad de suministros correspondientes a ejercicios de 2014 y anteriores”.
Estos planes de liquidez y también el incremento exponencial de su facturación son señalados en su memoria como factores clave para haber disparado los cobros hasta una cifra récord. En concreto han logrado ingresar 901 millones de euros. “Los planes de pago se han extendido al ejercicio 2015 con una dotación presupuestaria superior, lo que permite suponer una favorable evolución en el pago de la deuda y en consecuencia del periodo medio de cobro”, asegura en la memoria.
¿Quién es Gilead?
Gilead es una compañía fundada en el año 1987. El año 2011 es clave. La multinacional, con sede en Estados Unidos y con una capitalización bursátil actual de más de 92.000 millones de dólares, sacó la chequera para comprar una pequeña firma especializada en el descubrimiento de nuevos fármacos para tratamientos de infecciones virales. Pagó 11.000 millones de dólares. La razón es que adquiría también la propiedad de patentes de tratamientos revolucionarios para la Hepatitis C.
La estrategia de comercialización de este producto en los principales países del mundo ha sido muy criticada. Principalmente por el elevado precio que han exigido a los gobiernos, administraciones públicas y organizaciones privadas de la salud, especialmente en los países desarrollados. En España reclamó 60.000 euros por tratamiento (más de 700 euros por pastilla en un tratamiento de 12 semanas). En Estados Unidos, el precio por pastilla llegó a colocarse en 1.000. Recientemente, el medio de comunicación ProPublica ha desvelado que la empresa no ha dudado en contratar a prestigiosos profesores para defender este modelo y los precios.