Con un nuevo récord de visitas, tras albergar a 108.000 personas durante cuatro días, pero con escasos anuncios empresariales destacados. Concluye la edición 2017, una de las más descafeinadas, del Mobile World Congress.
Sin un gran peso de lo móvil y con escasos anuncios en el lado de las empresas de telecomunicaciones, concluye una feria que sigue cosechando, pese a todo, grandes cifras.
Récord de visitas
Las cifras generales de la feria dejan algo claro: el Mobile World Congress se consolida, pese a todo, como el lugar de encuentro de la industria y, en especial, de los profesionales interesados en ella. En total se han alcanzado los 108.000 asistentes, lo que representa más de un 7% de incremento respecto a lo logrado el año anterior, procedentes de más de 200 países. De ellos, el 23% fueron mujeres, nueve puntos porcentuales más que un año atrás.
El reparto de esos asistentes hablan mucho del carácter del evento: algo más de la mitad (55%) de los asistentes eran trabajadores de alto nivel de empresas, incluyendo 6.100 consejeros delegados.
Desde el prisma económico, los organizadores estiman que el impacto de la actual edición estará en torno a los 465 millones de euros. ¿Y en la creación de empleo? Se han necesitado algo más de 13.000 empleos temporales, según los datos de GSMA, la asociación que pone en marcha en congreso y que está compuesta por los principales actores del sector de las telecomunicaciones.
La ‘cuarta plataforma’, una arriesgada apuesta
Precisamente en el terreno de las ‘telecos’, Telefónica se subía de nuevo al escenario para poner sobre la mesa su arriesgada apuesta para irrumpir en el espinoso mercado de los datos. La llamada ‘cuarta plataforma’, con su herramienta Aura para explotarla, fue presentada por el presidente de la compañía, José María Álvarez-Pallete, y su jefe de datos, Chema Alonso.
Ambos aportaron algo más de luz sobre lo que significa este proyecto de la compañía, después de que lo pusieran sobre la mesa el pasado mes de septiembre en el encuentro del sector de Santander. Sin embargo, quedaron algunas incógnitas por resolver, sobre todo, en relación al modelo de negocio.
El ‘Mobile’ de las subidas de tarifas de las telecos
Más allá de esta presentación en sociedad de la ‘cuarta plataforma’, que dejó algunas incógnitas, el ‘Mobile’ sirvió para confirmar la tendencia alcista en los precios de las grandes operadoras. Telefónica ya advirtió tras sus resultados que mantendría la estrategia de pedir más dinero a sus clientes (especialmente, ‘premium’) a cambio de más servicios (datos y contenidos). Y en el marco de este evento se conoció su nuevo movimiento: subir las tarifas de varios paquetes convergentes.
No fue la única operadora que formalizó su incremento: Vodafone planteó un incremento de 2 a 6 euros en sus paquetes convergentes, después de casi triplicar los datos disponibles para sus clientes y permitir un uso ilimitado de las aplicaciones de mensajería. En este contexto, Másmóvil descartó que en sus planes esté ejecutar otras subidas.
Sin una conferencia de referencia
Mark Zuckerberg aterrizó en el escenario de la Fira de Barcelona en 2014 por primera vez. Todos los ojos estaban puestos sobre el fundador de Facebook, pues era la primera vez que iba a hablar de la compra de Whatsapp por más de 20.000 millones de dólares. Era la primera de tres ocasiones, en las que concentró buena parte de la atención. En la edición de este año no acudió.
Para sustituirlo estaban, principalmente, dos figuras empresariales del internet actual: el fundador del gigante del vídeo bajo demanda Netflix, Reed Hastings, y el creador del juego móvil Pokémon Go, John Hanke. El primero no hizo ningún gran anuncio corporativo, más allá de ofrecer su fórmula contra la piratería (“buen servicio y buenos precios”). El segundo trató de defender las bondades del juego que rompió moldes el pasado verano.
El menos ‘móvil’ de los congresos
No es ninguna novedad que el ‘Mobile’ es, cada vez, menos móvil. La industria de los smartphones no va igual de rápido que lo hacía hace tan sólo unos años, en los que las evoluciones de los dispositivos eran mucho más llamativas. Con el tiempo ha ido perdiendo peso. A esta tendencia se ha sumado un nuevo hándicap: Samsung no fue con toda la artillería. Tras el fiasco del Note 7, sólo presentó dos modelos de tabletas.
Otros fabricantes, como LG (G6) y Huawei (con el P10) o Sony sí que trataron de atraer los focos con sus nuevos modelos. Pero lo llamativo es que gran parte de la atención se concentró, precisamente, en un dispositivo que no está en el terreno de batalla empresarial de los grandes: el Nokia 3310. Su precio, 49 dólares, y el perfil al que se dirige, nostálgico de la tecnología del pasado, no hacen pensar que vaya a ser un gran negocio para la compañía.
En este tiempo ha ido ganado peso en la feria el coche conectado, el Internet de las Cosas –un entorno en el que los objetos pueden conectarse a internet para recoger, enviar y recibir datos- o la realidad virtual. Ninguna de estas soluciones han tenido grandes anuncios de empresas especializadas, ya sean de ‘telecos’ (Vodafone mostró los avances en el despliegue de su red especializada para ello) como de otros fabricantes.
¿Inversiones y plazos para el 5G?
Más allá del mercado de los móviles, muchos esperaban un mayor avance de las conexiones 5G –la nueva generación de red, que supera a la 4G-. Pese a que había mucho interés, no hubo avances sobre, por ejemplo, las especificaciones que tendrán estas redes, la inversión que se llevará a cabo (según la consultora Oliver Wyman, necesitarán desembolsar 15.000 millones de euros en toda Europa) y cuál será el estándar decidido por todo el sector, pese a que quedan tres años para iniciar su despliegue, según los planes de las instituciones europeas. En este sentido, un nutrido grupo de compañías del sector –entre las que destacan las grandes ‘telecos’- sólo se comprometió a acelerar la agenda para lograr esos estándar, con el fin de realizar ensayos y despliegues a gran escala a partir de 2019.