Álvarez del Manzano exprime la quiebra de Reyal Urbis cobrando 56.000 euros
Los recursos retrasan la liquidación de la inmobiliaria y permite que los consejeros mantengan la remuneración.
4 marzo, 2017 01:41Noticias relacionadas
José María Álvarez del Manzano, exalcalde de Madrid y expresidente de Ifema, ha vuelto a asegurarse cobrar en 2017 -en octubre cumple 80 años- los 56.000 euros en dietas que, en su calidad de consejero independiente desde hace una década, le abona anualmente Reyal Urbis. La inmobiliaria madrileña presidida por Rafael Santamaría, en concurso desde 2013 y abocada a su liquidación al no aprobar el convenio de acreedores presentado, que acaba de reconocer en 2016 nuevas pérdidas de 156 millones.
Santamaría, cuya empresa había logrado numerosas adjudicaciones de suelo municipal durante el mandato de Álvarez del Manzano, aupó al exalcalde al consejo de Reyal Urbis en junio de 2007, coincidiendo con el proceso de fusión entre Reyal y Urbis, la histórica inmobiliaria de Banesto. Una operación, cerrada en 3.300 millones, que, junto al estallido de la burbuja inmobiliaria, propició la posterior caída en picado de la promotora. Las dos causas que están detrás de los 4.500 millones de pérdidas acumuladas en los últimos 10 años.
Miembro de la comisión de retribuciones
El exalcalde, como miembro de la comisión de la comisión de nombramientos y retribuciones, se encarga cada año de proponer al consejo de Reyal Urbis las asignaciones a los consejeros por su asistencia a consejos y comisiones, y también las retribuciones de los directores generales.
En el presente ejercicio, como en 2016, cada consejero volverá a recibir 4.000 euros por la asistencia a los 12 consejos previstos y 2.000 más por la presencia en las 4 sesiones contempladas en las comisiones de Auditoría y Cumplimiento -presidida por el exalcalde-, y de Nombramientos y Retribuciones, por lo que Álvarez del Manzano cobrará 56.000 euros este año.
1,1 millones en una empresa sin apenas actividad
Que los seis consejeros de Reyal Urbis -incluido su presidente, Rafael Santamaría, que, en 2017, se asegura nuevamente el cobro de 1,1 millones- vuelvan a percibir estos emolumentos, se debe a que los recursos interpuestos por la empresa han evitado la liquidación definitiva de la sociedad, a la que se ve abocada ante la negativa del juez mercantil a aceptar la propuesta de convenio de acreedores planteada.
En este sentido, el pasado mes de noviembre, tres semanas después de que el consejo aprobara las remuneraciones para el presente ejercicio, Reyal Urbis veía cómo una estrambótica decisión judicial de la Audiencia Provincial de Madrid permitía alargar unos meses el fin de la promotora.
Liquidación retrasada
La Audiencia permitió a Reyal Urbis que volviera a recurrir la propuesta de inadmisión a trámite de su propuesta de convenio que, en septiembre de 2015, recogía un auto del juzgado mercantil 6 de Madrid. Lo hacía al estimar que no procedía presentar recurso de apelación, como se hizo, sino de reposición, el que ahora se ha interpuesto, para volver a suspender los efectos del referido auto. O sea, el inicio de la fase de liquidación de la inmobiliaria.
Álvarez del Manzano fue alcalde de la capital entre 1991 y 2003, cuando cumplió 65 años y fue sustituido por Alberto Ruiz-Gallardón tras ganar las elecciones municipales de ese año.
El capote de Gallardón
Con el cese como alcalde, hubiera tenido que abandonar la presidencia del Instituto Ferial de Madrid (Ifema). Pero la modificación introducida por Gallardón, de que pudiera ser presidente de esta institución cualquier persona en representación del primer edil de la capital, facilitó que Álvarez del Manzano siguiera en el cargo hasta agosto de 2015, representando, primero, al propio Gallardón y, después, a Ana Botella.
Al acceder Manuela Carmena a la alcaldía, Álvarez del Manzano dejó este cargo tras 24 años, y también los 120.000 euros que percibía, a pesar de los decrecientes beneficios que, durante la crisis, había cosechado el Ifema. En 2014, la ganancia solo fue de 186.000 euros, mientras que el exalcalde y el resto de directivos se embolsaron casi 620.000 euros.