Defender a los consumidores ante los desmanes de las grandes compañías y sacar rédito económico con las victorias en los tribunales. Es la razón de ser de Reclamador, una ‘startup’ que afronta su quinto año de actividad con unas expectativas de superar los 3,5 millones de euros de ingresos. Su negocio original se basó, principalmente, en las aerolíneas (y sus retrasos), pero el aluvión de reclamaciones por las cláusulas suelo en la banca le permitirá pisar el acelerador. Lo hará con la nueva generación de bufetes de abogados como competencia y con una cartera de indemnizaciones por cobrar en casos ganados que roza los 5 millones de euros.
En 2013, su primer año completo de actividad, la compañía sumó algo más de 100.000 euros de ingresos netos. En 2016, la empresa generó 2,1 millones de euros de ingresos, gracias a unas comisiones por las victorias judiciales de los casos que van desde el 15% en el caso de la banca hasta el 25% en aerolíneas.
Las cláusulas suelo
Su primer objetivo fue el segmento de las líneas aéreas. Agrupaban clientes que viajaron en los mismos vuelos y reclamaban la indemnización por los retrasos. El caso de éxito era alto y fue la principal palanca de crecimiento. El año pasado irrumpió con fuerza otro vertical: el de la banca. ¿La razón? Las cláusulas suelo. Antes de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, por el que enmendaba al Tribunal Supremo y abría la puerta a la retroactividad total en las devoluciones de lo cobrado por los bancos, Reclamador ya había ganado casos en los tribunales.
Pero con ese pronunciamiento judicial llegó el aluvión: “Multiplicamos por 40 el número de personas que se registran de un día para otro”, explica el consejero delegado y fundador de la compañía, Pablo Rabanal. Con el mecanismo extrajudicial, aprobado a finales del año próximo, la empresa está a la expectativa. “Queremos ver cómo toma forma, pero vamos a estar donde aportemos valor: si la banca paga 5.000 millones y no tiene sentido nuestro servicio, nos alegraremos”, apunta.
La banca ganando posiciones
El negocio se construyó con los retrasos en las aerolíneas como principal pilar. Fue su primer motor y el que les ha permitido crecer. El pasado ejercicio 2016, esta vía de negocio alcanzó el 75% de todos los ingresos. La banca representaba en torno al 23% y el resto otros verticales como telefonía o reclamaciones laborales.
Sin embargo, algo está cambiando en ese reparto. Según precisa Pablo Rabanal, la proporción cambia si se analizan todas las indemnizaciones que se encuentran aún por cobrar en casos ganados. En este grupo, aerolíneas pasa a representar el 40%, mientras que laboral y, en especial, banca ganan posiciones.
¿Cómo funciona? “Una cadena de montaje”
Una de las preguntas que surgen al contemplar negocios como el de Reclamador es: ¿cómo gestionar todos estos casos? “Fragmentamos mucho el proceso; es como una cadena de montaje”, apunta el fundador. Y da un dato: “En 2015, con apenas 25 abogados, metimos el 13% de los pleitos mercantiles de toda España… ése es el poder de la tecnología”, explica.
Cuentan con un sistema de gestión de los casos propio, que les ayuda a llevar al día cada uno de los ‘frentes’ judiciales abiertos en toda España. Con esa base, crean esa “cadena de montaje”: profesionales que validan la viabilidad de los casos; otros que se encargan de la redacción de las demandas y, por último, el departamento procesal que hace un seguimiento de lo que sucede en cada juzgado.
La compañía ha identificado los casos por los que puede pasar un cliente y son más de un centenar. Conociendo toda esa casuística, crean automatismos como el envío de mandamientos al cliente o de notificaciones al juzgado. “Esos automatismos es lo que te da la escalabilidad”, apunta Rabanal.
Para este funcionamiento, cuentan con un equipo externo de procuradores, notarios y abogados en toda España. Pero en plantilla hoy superan los 60 trabajadores y esperan cerrar el año con más de 80.
La dificultad de la caja
Reclamador tiene un negocio complicado de ejecutar. No por la dificultad de los casos, pues estos son “altamente viables”. Lo es por las trabas burocráticas (y sus consecuencias) a las que se enfrentan. La consecuencia: tienen un problema de circulante por los dilatados plazos de pago. En concreto, tienen un periodo medio de cobro de 313 días en procesos verbales y de 415 días en procesos de primera instancia.
Con esta realidad, ¿cómo financiarse? Trabajan con financiación bancaria, según explica Rabanal. Pero a ello suman también el proceso de pago de las indemnizaciones como una forma de financiarse para evitar tensiones de tesorería: “Vamos generando circulante de las indemnizaciones y como transcurren entre dos y tres semanas mientras se efectúan el pago, te vas financiando”, explica. Para muestra una cifra: hoy por hoy tienen hasta 5 millones de euros en indemnizaciones de casos ganados que no las han cobrado aún.
Mientras tanto, descartan que al menos a corto plazo acudan a una ampliación de capital. Hasta ahora han recabado apoyos de inversores privados (Cabiedes & Partners como inversor de referencia, junto a un nutrido grupo de business angels) y también públicos. En total menos de un millón de euros, con Rabanal como máximo accionista. Y advierte: “Con la evolución que llevamos, a corto plazo no tiene sentido una ampliación”.
Competir contra los bufetes
Con todo, Reclamador tiene a los nuevos bufetes surgidos al calor de los casos judiciales especialmente relacionados con la banca, como Arriaga Asociados o Rosales, como competidores. ¿Cómo luchar contra ellos? “Ellos ven la web como un complemento a la manera de captar clientes, pero nosotros apostamos por un servicio puro online, con un área privada, transparencia…”, explica.
Para el equipo, el resurgimiento de estas y otras firmas les está afectando “positivamente” pues se está creando un mercado. “Es bueno que surjan estos jugadores porque lo que se está creando es una conciencia colectiva de por qué no te tienes que quedar cruzado de brazos”, apunta el directivo.
Hay otros competidores que, a la postre, se han convertido en clientes para Reclamador. En el segmento de aerolíneas, varias compañías centroeuropeas han tratado de conquistar parte del pastel en España. Sin embargo, las dificultades legales para abordar estos casos les han obligado a apoyarse en Reclamador. “Cuando ven el tinglado para operar aquí, ven mejor apoyarse en nosotros y les gestionamos los casos aquí”.
Las previsiones de 2017
Con todo, la compañía espera que las cláusulas suelo “traigan muchísimo negocio” durante este año 2017. Junto con un segmento más consolidado como el de las aerolíneas, van a apostar por otros verticales, como el laboral. A este sumará otros terrenos como el de las facturas impagadas de particulares frente a la administración o las reclamaciones por plusvalías municipales en la compraventa de viviendas. En total, esperan superar los 3,5 millones de euros.