Euskaltel ha iniciado negociaciones con la británica Zegona para adquirir el grupo de telecomunicaciones asturiano Telecable, del que es propietaria, según ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El operador vasco ha informado del inicio de los contactos para la "posible adquisición directa o indirecta" de la compañía asturiana y ha puntualizado que, hasta la fecha no se ha alcanzado "ningún acuerdo susceptible de ser comunicado, ni exista certeza de que dicho acuerdo vaya a alcanzarse".
No obstante, ha asegurado a la CNMV que, en caso de que las conversaciones entre ambos grupos fructifiquen, lo comunicará "sin demora", en cumplimiento de la normativa.
Lo que dicen los analistas
“En el corto y medio plazo tiene sentido una integración entre Telecable y Euskaltel: ganarían masa crítica aunque no se podrían integrar las marcas”, explicó a EL ESPAÑOL Eduardo García Argüelles, analista en GVC Gaesco Beka. Para él, tiene sentido que esta operación se lleve a cabo en el segundo semestre, pues la caída del 25% en las acciones de Euskaltel lo hace más complicado.
Habría dos opciones para abordarla. La primera, y menos factible, sería en efectivo. Y sería difícil por el peso de la deuda (4,5 veces el Ebitda) generada tras la compra de R Cable. “La más factible es el intercambio accionarial”, resalta García Argüelles. En todo caso, podría esperar hasta el segundo semestre del año, pues si hay una transacción en acciones, el precio de los títulos de Euskaltel está muy bajo.
El fondo de inversión Zegona, que trató sin éxito de adquirir Yoigo el pasado año, pagó en 2015 un total de 640 millones de euros por Telecable, es decir, 10 veces el resultado bruto en aquel ejercicio (en los seis primeros meses de 2016 cerró con pérdidas netas de 4,7 millones y unos ingresos de 70,4 millones). “Zegona compró algo caro y no querrá perder dinero”, apunta el analista de Beka Finance.
UN 2016 ‘HORRIBILIS’ COMO ANTECEDENTE
El año 2016 no ha sido especialmente bueno para la ‘teleco’ vasca Euskaltel, cuyo máximo accionista sigue siendo Kutxabank. En este tiempo ha sido duramente castigada en bolsa. En los últimos doce meses, ha perdido en torno a un 25% de su valor hasta colocar su capitalización por debajo de los 1.300 millones de euros. El fuerte incremento de su deuda, tras la compra de la operadora gallega R, y la importante remodelación de su cúpula han despertado los recelos de los inversores.
El grupo logró hasta septiembre un beneficio neto de 45 millones de euros (frente a las pérdidas de un año antes), con unos ingresos de 430 millones de euros (un 76% más respecto al año anterior). Demostró su gran capacidad para generar cash flow operativo (entradas netas de efectivo como resultado de sus operaciones regulares): un incremento del 61%. Es lo que está permitiendo reducir su deuda neta, otra de las grandes preocupaciones de los inversores, de 5,1 a 4,4 veces sobre el resultado bruto (Ebitda).