La adjudicación, la primera de esta tecnología en EEUU, se ha producido en una subasta, celebrada ayer, organizada por la Agencia para la Gestión de la Energía Oceánica (BOEM, por sus siglas en inglés).
La oferta de Iberdrola superó a las presentadas por la compañía noruega Statoil, la estadounidense Wind Future y la alemana WPD Offshore Alpha.
Otras compañías precalificadas -como las canadienses Enbridge y Northland Power y la filial eólica de la petrolera anglo-holandesa Royal Dutch Shell, decidieron no concurrir en el último momento.
A partir de ahora, Iberdrola tendrá un plazo de un año para presentar a la BOEM una primera evaluación del potencial eólico de la zona para su aprobación.
Una vez hecho, dispondrá de 54 meses para presentar el proyecto de ingeniería para la construcción y operación del parque.
Iberdrola ha apostado por la energía eólica marina como una de las claves del futuro de la compañía.
De momento, los países elegidos para desarrollar su actividad son el Reino Unido, Alemania, Francia y EEUU.
La compañía cuenta con 6.900 megavatios de capacidad en EEUU, principalmente energía eólica y solar, y construye 1.800 megavatios de nueva potencia eólica terrestre que entrarán en funcionamiento desde ahora y hasta finales de 2019.
Avangrid, que cotiza en la Bolsa de Nueva York, cuenta con activos valorados en más de 31.000 millones de dólares (29.000 millones de euros).