Quedan muchos meses por delante hasta que el nuevo iPhone aterrice en el mercado. Se presentará previsiblemente en septiembre. Pero los inversores están eufóricos con la ‘gallina de los huevos de oro’ de la tecnológica. Esperan que el modelo 8 se convierta en un nuevo récord de ventas y la acción se ha disparado.
Sólo en lo que va de 2017 se ha revalorizado un 20%, gracias también a los buenos resultados del trimestre navideño. Es decir, la compañía vale hoy 120.000 millones de dólares –en torno al 10% del PIB español- más que a finales de diciembre. Hoy el precio de sus acciones se encuentra en máximos históricos. Muchos analistas confían en que las ventas se incrementen.
Los antecedentes no eran muy halagüeños. La segunda mitad del año 2015 y casi todo el 2016 fue un particular ‘vía crucis’ para Apple. Las dudas con China, su mercado de mayor crecimiento, pesaron como una losa. Los peores augurios se cumplieron: el ejercicio fiscal 2016, que concluye en septiembre, fue el primero de caída en ingresos (y beneficios) en quince años. Ahora, con las esperanzas depositadas el móvil, esperan que la maquinaria de su negocio esté mucho mejor engrasada.
Un subidón más
Las acciones se han apreciado en torno a un 20% en lo que va de año. Su precio se encuentra en máximos: 140 dólares. Sin embargo, su valoración en bolsa no ha llegado hasta el techo que se alcanzó en 2015, con 775.000 millones de dólares, según las cifras de la agencia estadounidense Bloomberg. ¿La razón? La continua amortización de acciones tras los diversos programas de recompra planteados por el equipo directivo.
La euforia está también entre los analistas. Desde que presentara resultados a finales de enero, casi una treintena de estos expertos han elevado el precio que ellos entienden que encaja mejor con las previsiones y la fotografía actual de la compañía. Pese a ello, el consenso recopilado por Bloomberg concluye que la acción sólo está un 5,5% por debajo de ese precio medio que señalan.
En el lado del negocio, los analistas esperan que la empresa vuelva a la senda de crecimiento tras la caída en 2016. En concreto, esperan que el volumen de ventas se eleve hasta los 228.000 millones de dólares en el ejercicio fiscal 2017 (hasta septiembre). Eso representaría un incremento de casi el 5% a los 217.000 millones de dólares ingresados un año antes.
Aumenta la distancia en bolsa
Una de las consecuencias de esta acelerada subida es que Apple pone tierra de por medio con Google. Es, con mucha diferencia, la compañía más valorada del mundo con casi 740.000 millones de dólares de valor. El gigante del buscador, que llegó a superar al fabricante del iPhone en febrero del año pasado, está valorado en 581.000 millones de dólares.
¿Y el resto de grandes tecnológicas? Se mantienen a mucha distancia. Microsoft ha ganado más de un 4% este año hasta superar la barrera de los 500.000 millones de dólares. Entretanto, Amazon y Facebook siguen librando la batalla por ser la cuarta en liza. Por ahora gana el titán del comercio electrónico con 404.000 millones de dólares, frente a los 403.000 millones de la red social.
Un buen ciclo para el iPhone
Pero, ¿a qué viene tanta euforia con el iPhone? Los analistas confían en que las innovaciones tecnológicas que incorporará, junto con el momento concreto de mercado, impulsen las ventas. Se espera que en este modelo se de lo que en el argot se denomina ‘super ciclo’. Es decir, hay un porcentaje muy significativo de la base de usuarios del iPhone que se encuentran en modelos anteriores que tendrán que renovarlos y adquirir los nuevos modelos.
La consecuencia es que hay muchos analistas que ya han planteado previsiones más que optimistas. Es el caso de Morgan Stanley que corrigió al alza el precio objetivo recientemente ante un panorama de ventas disparadas del iPhone: alcanzarían 260 millones de unidades.
Todos los focos señalan al nuevo dispositivo móvil de la compañía. El mercado da por hecho que se convertirá, de nuevo, en el principal motor en el negocio. Ahora les queda por demostrar que todas estas expectativas no son demasiado optimistas.