Por Alfonso Fernández
Precisamente, fue el propio mandatario quien informó de la noticia horas antes de que la empresa con sede en Deaborn (Michigan) confirmarse estos planes.
"Gran anuncio de Ford hoy. Enorme inversión en tres plantas de Michigan. Las compañías de coches están volviendo a EEUU. ¡EMPLEOS! ¡EMPLEOS! ¡EMPLEOS!", dijo el presidente en la red social Twitter a primera hora de la mañana.
Poco después, la compañía explicaba los detalles de esta inversión, que se dividirá en 850 millones en la planta de Wayne para fabricar los nuevos modelos Bronco y Ranger; 150 millones para aumentar la capacidad de la de Romeo, centrada en piezas y componentes; y 200 millones adicionales en el centro de datos de Flat Rock.
Las inversiones en el centro de datos se enmarcan en los planes de Ford de incrementar su implicación en el sector de los automóviles inteligentes que no precisan de conductor.
"En Ford, estamos invirtiendo con agresividad para incrementar nuestras fortalezas (...). Como el principal productor de automóviles de EEUU, estamos orgullosos de avanzar aún más en nuestros compromiso de invertir en manufacturas aquí en casa", indicó Joe Hinrichs, presidente de Ford para el continente americano, en un comunicado.
El propio Trump viajó a mediados de mes al área de Detroit (Michigan), el corazón del sector del automóvil de Estados Unidos, donde urgió apoyo al sector manufacturero nacional para su "nueva revolución industrial", y pidió "tener fe en los trabajadores y las grandes compañías estadounidenses".
Según los medios locales, y pese a que Trump se ha anotado la victoria, estas inversiones formaban parte del acuerdo con el sindicato de trabajadores del automóvil (UAW) pactado en 2015.
Algo que fue confirmado por el propio Hinrichs, quien apuntó: "Estos anuncios concuerdan con lo que acordamos y hablamos con la UAW en las negociaciones de 2015".
Asimismo, el vicepresidente de UAW-Ford, Jimmy Settles, declaró que "gracias a la negociación colectiva, los trabajadores y trabajadoras de estas plantas podrán ahora recoger los frutos de su labor".
"Esperamos celebrar mayores inversiones de producción y creación de empleo en los meses y años por venir", agregó Settles.
Trump ha subrayado como prioridad de su mandato devolver empleos al sector industrial estadounidenses en el marco de una agenda de nacionalismo económico y proteccionismo comercial.
En enero, Ford suprimió ya sus planes para abrir una fábrica en México por valor de 1.600 millones de dólares, y en su lugar aumentó las operaciones en EEUU con 700 nuevos empleos.
Todo ello, poco después de que Trump advirtiese directamente a la compañía de represalias si continuaba con sus proyectos de trasladar parte de sus operaciones fuera de Estados Unidos.
Asimismo, las otros dos grandes fabricantes estadounidenses de automóviles, General Motors (GM) y Fiat Chrysler, también anunciaron multimillonarias inversiones en territorio estadounidense en 2017.
También a comienzos de año, el mandatario, que asumió la Presidencia el 20 de enero, había apuntado directamente a GM en un tuit: "General Motors -afirmó- está enviando el modelo Chevy Cruze hecho en México a los concesionarios de EEUU sin tarifas. ¡Fabrique en EEUU o pague un gran arancel aduanero!".