El valor de la entidad lleva toda la semana en una caída continuada desde que su presidente, Emilio Saracho, abriera la puerta a una ampliación de capital de la entidad o una fusión con otro banco durante su intervención en la junta general ordinaria de accionistas, celebrada el pasado lunes.
Así lo hizo en su primera comparecencia pública tras ser nombrado presidente de la entidad por el consejo de administración el pasado 20 de febrero. En los últimos doce meses, las acciones de Popular han perdido el 70,89% de su valor.
Las palabras de Saracho se unieron al efecto que ha tenido en la cotización la rebaja de la calificación que el viernes pasado dio a conocer S&P, situándola en 'B' desde 'B+', debido a que entiende que su posición de capital es "débil".
Los inversores estaban a la espera de conocer las líneas generales de su estrategia al frente del banco, en una situación complicada tras presentar unas pérdidas por 3.485 millones de euros a cierre de 2016 y después de anunciar una reexpresión de las cuentas del pasado ejercicio para corregir cuatro aspectos concretos que elevarán los 'números rojos' en, al menos, 129 millones de euros.
En opinión del analista de XTB Rodrigo García, en este contexto los inversores "dejan claro que prefieren consolidar pérdidas y huir del valor antes que permanecer en el accionariado de una entidad que vaya a realizar, presumiblemente, una fuerte ampliación de capital que provoque dilución de valor y que traiga todavía más minusvalías a sus participaciones".
Además, según ha explicado en declaraciones a Europa Press, en una "maniobra sin precedentes", aunque "absolutamente legítima", las posiciones cortas "batían récords" en el capital de Popular.