Los accionistas del Banco Popular no olvidarán fácilmente esta semana. Con el cierre del parqué por la festividad del Viernes Santo, los cuatro días en bolsa tras la junta de accionistas del pasado lunes han servido para que el banco retroceda más de un 27%, dejando la cotización al borde de perder el umbral de los 0,60 euros, y con una capitalización de tan solo 2.564 millones de euros. La salida de los inversores vuelve a ser aprovechada por los hedge funds especulativos.
Con el mercado bursátil también cerrado el Lunes de Pascua, la apertura del martes 18 coincidirá con el estreno en el cargo de Ignacio Sánchez-Asiaín como nuevo consejero delegado del Banco Popular en sustitución del dimitido Pedro Larena, y también de Vitalino Nafría como nuevo consejero de la entidad para ocupar la silla dejada vacante por Roberto Higuera.
Miguel Escrig también estrena puesto clave en esta etapa turbulenta que se avecina en el Popular. Fichado por Emilio Saracho al poco de llegar al cargo el pasado 20 de febrero, el presidente del Popular le ha encomendado la dirección financiera, dejando al margen a Javier Moreno.
Su experiencia en el mismo puesto en Telefónica, bajo la presidencia de César Alierta, servirá a Escrig para controlar la evolución diaria de los riesgos y el seguimiento de las vitales desinversiones que son necesarias para, dentro de unos meses, reducir el monto de la inevitable ampliación de capital.