La cifra de negocio neta de Coca-Cola entre los meses de enero y marzo alcanzó los 9.118 millones de dólares (8.374 millones de euros), un 11% por debajo de los ingresos contabilizados un año antes, como consecuencia del impacto negativo del 10% procedente de la re-franquiciación de las actividades de embotellamiento.
Coca-Cola también atribuye la caída de los ingresos a que el impacto desfavorable de los tipos de cambio redujo un 1% la facturación. Asimismo, la compañía recuerda que el trimestre contó con dos días menos y que la Semana Santa se trasladó al segundo trimestre en 2017.
"El rendimiento del primer trimestre está en línea con nuestro plan estratégico y seguimos por el buen camino para alcanzar nuestros objetivos de ingresos y beneficio de cara al conjunto del ejercicio", comentó al respecto el presidente y consejero delegado de Coca-Cola, Muthar Kent, que cederá el liderazgo del gigante de Atlanta el próximo 1 de mayo en favor de James Quincey, actual director de operaciones de la compañía.
"La próxima semana entregaré con orgullo las riendas de la dirección a James Quincey con plena confianza en que terminará la transformación de la compañía y liderará nuestra agenda de agresivo crecimiento", agregó Kent.
Por su parte, Quincey comentó que la nueva cartera de productos de la compañía --con menos azúcares añadidos--, junto a una capacidad de embotellamiento "más fuerte" y a una estructura empresarial "más definida", permitirán a Coca-Cola capturar el valor de la industria.
"Será un honor y un privilegio liderar la organización como consejero delegado y espero trabajar con nuestra gente de todo el mundo para acelerar nuestro crecimiento", añadió Quincey.
De cara al conjunto del ejercicio 2017, Coca-Cola espera incrementar sus ingresos operativos un 3%, aproximadamente, mientras que confía en que el beneficio antes de impuestos crezca entre un 7% y 8% a tipos de cambio constantes.