Wallapop quiere pisar el acelerador de los ingresos. Y tiene claro que controlar los pagos a través de su plataforma es la clave fundamental para otras líneas con las que rentabilizar su base de usuarios. Por eso ha puesto en marcha en varias ciudades su pasarela de pago, Wallapay, con la que permitirá tanto a compradores como a vendedores de productos de segunda mano llevar a cabo la transacción a través de internet sin dinero en efectivo. El objetivo: plantear antes del verano el servicio de entregas a domicilio de productos.
Hasta ahora, Wallapop basaba su servicio en un acto puramente físico: comprador y vendedor se encontraban en un punto de la ciudad para hacer la entrega del producto y el pago de la cantidad acordada. Es decir, tanto unos como otros debían gestionar la transacción en efectivo. Ahora, la empresa dar una opción para acabar con ello.
Ha puesto en marcha su servicio de pagos a través de su aplicación. Se han publicado varios ‘pantallazos’ en distintos foros (y de los que se han hecho eco en Omicrono) de un servicio que acarreará una comisión para el vendedor del producto que arranca en 0,99 euros para productos valorados en menos de 40 euros. Y que llega a 6,99 para productos de más de 500 euros.
“No es una línea de rentabilización de nuestra plataforma, pues los pagos son prácticamente para cubrir los costes de esa pasarela de pago”, reconoce en declaraciones a EL ESPAÑOL el consejero delegado de la empresa, Agustín Gómez. Es una forma de “eliminar fricciones” durante la transacción, evitando que haya un intercambio de dinero en efectivo en los encuentros cara a cara.
Los envíos y las garantías, otras líneas de ingresos
Pero, lo más importante es que Wallapop abre la puerta con este sistema de pagos a otras formas de rentabilización, que se suman a otras que ya tenía en marcha como los anuncios destacados con los que ganar visibilidad y velocidad en el cierre de la venta del artículo.
Una de las más destacadas tiene que ver con los envíos. Gómez reconoce que es la que más posibilidades tiene de ser lanzada en los próximos meses. Ultiman un servicio con el que entregar a domicilio un producto, a través de una red logística de un tercero. Y para ello, los pagos a través de internet es la puerta principal. “Antes de septiembre lo lanzaremos”, asegura.
A esta línea de ingresos suma otras más, entre las que destaca una: las garantías. Se plantean ofrecer a los usuarios contratar una garantía para productos más delicados (como un móvil o un producto más caro) a través de una aseguradora tercera. Y para poder completarlo, la transacción a través de internet es clave.
¿Y el resto de ingresos?
Hasta ahora, los ingresos de Wallapop son una incógnita. La compañía se niega a ofrecer cifras de facturación, pero sí las dan sobre la experiencia de su servicio de pago para dar más visibilidad a sus anuncios. De los 250.000 anuncios que reciben a diario, el 3% son de pago. En enero, ese porcentaje, según explicaba el propio Gómez, era tres veces inferior.
Es decir, unos 7.500 pagan por las primeras posiciones del ‘tablón’ al que acceden los compradores durante 24 horas, tres días o una semana. Su objetivo es alcanzar ratios similares a otros negocios de anuncios clasificados en internet, que se colocan en el entorno del 5%.
Con estas cifras, la compañía sigue confiada en alcanzar los números negros en 2018. Mientras eso sucede, deshojan la margarita para decidir cuál es el mejor mercado para exportar su modelo de compraventa de productos de segunda mano.
Wallapop SL –la matriz del holding de la empresa- presentó a principios de este años la cuenta de resultados de 2014. Mucho ha llovido desde ese segundo año de actividad. En ese año, la compañía cerró con 3,5 millones de euros de ingresos. Pero la totalidad se refieren a la prestación de servicios a otras empresas del grupo (de esta matriz colgaban en aquellas fechas tres filiales: española, británica y francesa).