En un continuado contexto de tipos a la baja, control de costes y riesgos y mantenimiento de la generación de capital, la entidad nacionalizada declaró un margen de intereses -la diferencia entre lo que el banco cobra por los préstamos y paga por los depósitos- de 504 millones de euros, un descenso del 12,7 por ciento sobre el mismo periodo del año anterior, pero en línea con los 502 millones de euros previstos por los analistas.
El resultado de las operaciones financieras mejoró en 100 millones de euros a 161 millones.
La entidad, que a instancias del estatal FROB analiza una fusión para absorber a la también nacionalizada BMN, siguió mostrando unos sólidos cimientos de capital con un ratio CET 1 fully loaded, la medida de solvencia más exigente, del 13,37 por ciento, una mejora de 0,35 puntos frente a diciembre de 2016.
En términos de morosidad, el grupo cerró el primer trimestre con una tasa de impagos en sus créditos del 9,5 por ciento frente al 9,8 por ciento de finales de 2016.