Las centrales nucleares españolas superarán su 'crisis de los 40'. Así de confiado se ha mostrado el consejero delegado de Endesa, José Bogas, quien asegura que la vida útil de las centrales se deberá extender más allá de las cuatro décadas porque "no hay otro camino" para lograr lograr la transición energética hacia la descarbonización en el horizonte 2050.
"Las centrales son, en nuestra opinión, esenciales para garantizar un seguro y competitivo período de transición hacia una economía libre de emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 2050", ha dicho Bogas en una conferencia con analistas donde ha explicado los resultados del primer trimestre del año de la eléctrica.
El consejero delegado ha sostenido que "el cierre de todas las centrales en los próximos 20 años no es factible" ya que, en su opinión, si se toma esa decisión el nivel de emisiones incrementaría por la necesidad de utilizar otras plantas, como las centrales de ciclo combinado (que sí generan emisiones) para suplir el hueco de la nuclear. Además, "incrementaría en al menos 10 euros por megavatio hora (MWh) el precio medio de la energía en España, dañando la competitividad de la industria e incrementando la pobreza energética de los hogares. Repercute sobre la seguridad del suministro", ha insistido Bogas.
"El cierre de las centrales nucleares implicaría la necesidad de 7 GW extras de ciclo combinado o 70 GW de capacidad eólica para mantener el margen de reserva en 2030. Y, con seguridad, incrementará la volatilidad aquí y tendremos más episodios como el que hemos vivido el pasado enero", ha asegurado el directivo. "Estamos seguros de que el período de vida de las nucleares españolas deberá ser y será ampliado".
A principios de febrero, el Consejo de Seguridad Nuclear dictaminó que la central de Garoña (Burgos) puede volver a operar siempre que Nuclenor (participada al 50% por Endesa e Iberdrola) haga las inversiones de seguridad pertinentes. El Ministerio de Energía, de quien depende en última instancia la reapertura de la central después de cuatro años parada, sigue estudiando el dictamen del CSN aunque ya ha anticipado que no ve ninguna razón técnica, legal ni de seguridad para denegarlo.
Mientras que Endesa se ha mostrado favorable a seguir operando esta planta, su socio en Nuclenor se ha mostrado contrario a la reapertura al no considerar que la operación sea rentable. Ambas energéticas han aplazado manifestar su decisión final hasta conocer el veredicto del Ministerio, pero ambas consideran que su operación no es rentable debido a los impuestos.
"La situación fiscal hace que la rentabilidad se vea afectada. Considero que lo que nos planteamos, al igual que nuestros competidores, es un análisis de la situación para determinar cómo mejorar la rentabilidad. Pero no hay ninguna batalla, ni posición que difiera", ha subrayado Bogas.
Durante la conferencia, uno de los analistas ha preguntado directamente que qué es lo que haría “feliz o lo suficientemente confortable” a Endesa para “extender la vida útil de una central” y Bogas ha sido claro: “lo que me haría feliz sería la extensión de la vida útil a 60 años”. Según las nuevas normas del CNS, "no necesitamos renovar la licencia. Podemos pedir la extensión de la vida de una central a 50 o 60 años. Es cierto que necesitamos pasar un análisis y una evaluación, pero la prórroga de la vida útil sería aprobada tras el correcto análisis del mantenimiento de la planta", ha indicado.
Según el consejero delegado, la eléctrica está tratando con el regulador materias "relacionadas con la rentabilidad y la potencial revisión del tratamiento fiscal". Actualmente, "el parque nuclear tiene un flujo de caja positivo, no tiene sentido cerrarlas, pero tienen un nivel de rentabilidad muy bajo. Esto significa que la remuneración obtenida por esta central no es suficiente para recuperar la inversión ni para hacerla rentable", ha afirmado. "Siempre hemos sostenido la necesidad de revisar el tratamiento fiscal de la energía nuclear sobre la premisa de que juega un papel clave en la generación y el coste de la energía".