El resultado bruto de explotación (Ebitda) retrocedió un 12%, hasta 702 millones de euros, mientras que los ingresos crecieron un 7%, hasta situarse en 5.223 millones de euros, según ha informado este martes la compañía presidida por Borja Prado.
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha señalado que la caída de los resultados se ha producido en un contexto "muy complejo", con un "extraordinario" aumento de la demanda en las primeras semanas del año que se tuvo que cubrir con las tecnologías más caras ante la fuerte reducción de recursos hidráulicos y eólicos.
Ello dio lugar, según ha explicado, a una subida "excepcional" de precios en el mercado mayorista que tuvo un efecto "muy desfavorable" sobre las compras de energía de la empresa.
"La estabilidad de nuestros negocios regulados, la contención de los costes fijos y la compra de hasta el 100% de Enel Green Power España mitigaron ese excepcional impacto negativo, que ha empezado a normalizarse posteriormente y que, previsiblemente, se irá diluyendo a lo largo del año", ha resaltado.
El cash flow operativo se redujo en 129 millones de euros, debido, fundamentalmente, al descenso del Ebitda.
La deuda financiera neta aumentó en 557 millones de euros con respecto a 31 de diciembre de 2016, a pesar de que el 2 de enero de 2017 Endesa pagó a sus accionistas un dividendo a cuenta del ejercicio 2016 por un importe de 0,7 euros brutos por acción, lo que supuso un desembolso de 741 millones de euros.
Las inversiones brutas se situaron en 261 millones de euros (+11%) en el primer trimestre de 2017, de las cuales 241 millones de euros han correspondido a inversiones materiales e inmateriales, y los 20 millones de euros restantes, a inversiones financieras.