Hace un lustro ya surgió en Twitter la iniciativa de reunir a los llamados #twecos, un grupo de influyentes profesionales de la economía que compartían noticias y análisis a través de la misma red social que Donald Trump utiliza hoy para volcar exabruptos a deshoras. Pues bien, Crédito y Caución, madre de la iniciativa, juntó a algunos de los más influyentes en sus cinco años de historia, con la colaboración de EL ESPAÑOL, para debatir sobre los retos del nuevo orden mundial para la economía.
Enmarcó el debate el director de este periódico, Pedro J. Ramírez, quien comparó la utopía de la república universal democrática y social, encarnada por el grabado El Pacto, de Frédéric Sorrieu, con fenómenos como el brexit (“el paradigma de una decisión tomada en contra del interés de quien la toma” y “una monumental equivocación”) o la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y su comportamiento “estrafalario” desde entonces.
“Soy un federalista europeo, creo en unos Estados Unidos de Europa. Servirían para superar todas las tonterías automutiladoras", subrayó Ramírez. El periodista dejó claro que incidentes como el atentado terrorista de Manchester “deja claro que aunque se pueden tener fantasías identitarias, hay enemigos comunes y vivimos en un mundo global al que no se le puede dar la espalda”.
Crecemos, pero fuera de foco
El economista y gestor de inversiones Daniel Lacalle abrió el debate con un mensaje positivo sobre España, un país que crece en contra de las estimaciones de los organismos internacionales, e incluso a pesar de que nuestros principales socios comerciales pasan por un momento complicado.
“Y, sin embargo, el sector exterior sigue creciendo muy por encima de las expectativas y somos el segundo país de la Unión Europea en creación de empleo fijo”, precisó. Aunque lamentó el gasto descontrolado por parte del Gobierno, “a niveles muy superiores al pico de la burbuja”, encontró consuelo en que la deuda de las familias haya bajado a niveles de 2006 y en que los beneficios empresariales comienzan a respirar un poco.
María Muñoz, banquera patrimonial y colaboradora de Onda Cero, quitó peso al papel de los datos macro de España. "Es cierto que España crece y mejora, pero desde el punto de vista de los mercados creo que los datos macro pasan desapercibidos en la cotización de las empresas".
Por contra, por desgracia, "el Ibex es muy dependiente que lo que sucede en nuestros socios comerciales. El Ibex está a otras cosas y nuestras compañías no dependen de lo que sucede con Pedro (Sánchez) y Susana (Díaz), sino de lo que sucede en Francia, en Brasil, de las consecuencias del brexit o de las elecciones en EEUU. No somos tan importantes”, agregó.
Incertidumbre en Italia
El economista José Carlos Díez, coordinador de la ponencia económica del PSOE a petición de la Gestora de cara al Congreso Federal de los próximos 17 y 18 de junio, consultor y profesor en la Universidad de Alcalá, coincidió con Muñoz: “No estamos en el foco de tensión, no preocupamos en los mercados pero sí están pasando cosas. Italia es un país incierto donde puede ganar el Movimiento 5 Estrellas, aliarse con (Silvio) Berlusconi y lanzar un referéndum sobre la permanencia en el euro. Un país con un problema de activos tóxicos en el sistema bancario, altamente endeudado y que el próximo año tendrá que salir a emitir sin las compras del BCE. Y sí, existe una correlación de su prima de riesgo con la de España”.
A su juicio, en nuestro país también hay un problema de deuda, de activos tóxicos (introdujo en el debate la situación del Banco Popular) y de recortes en aspectos claves, como la innovación, que se cobrarán un precio en la productividad nacional.
La época del hazmerreír
El corresponsal de El Mundo en Bruselas, Pablo Rodríguez Suanzes, recordó como “España hace cinco años era el hazmerreír. No había nada más sonrojante que estar en las últimas ruedas de prensa de (José Luis Rodríguez) Zapatero o en las primeras de Luis de Guindos cuando hablábamos de cumplir el objetivo de déficit. Todo eso ha cambiado absolutamente. El foco ya no está puesto en España y se ve en cada documento de las instituciones europeas”.
"Hace cinco años, España era el hazmerreír en Europa. Todo eso ha cambiado absolutamente".
Suanzes explica que en Bruselas existe una cierta estupefacción pues los modelos económicos de las instituciones decían que 2015 era un año excepcional y que era un año por los tipos de interés bajo, la demanda de América Latina, el turismo procedente del Norte de África y bajos precios del petróleo.
“Decían que 2016 sería diferente, pero no lo fue y volvimos a crecer. Se volvió a decir y se volvió a ver que España crece más y se han tenido que revisar las previsiones al alza, con la posibilidad de llegar al 3%. No saben cómo calibrar España ni entender la economía española. Creen que las reformas no acaban de explicar el crecimiento. Pero es cierto que los lazos con Italia y Grecia nos perjudican y no sabemos qué pasará si cae Monte Paschi, algo que nadie entiende que no haya ocurrido. No sabemos cuál será el efecto en las economías europeas”, explicó.
Sí a España, no a sus políticos
Manuel Llamas, redactor jefe de Economía en Libertad Digital, dejó claro que cree en España pero “no en los políticos españoles”, y subrayó que cambios como el desapalancamiento de las familias o la apertura de nuevos mercados son el fruto de la iniciativa empresarial.
“Por primera vez en su historia, España está saliendo de una crisis económica sin devaluar la moneda, que es un empobrecimiento de la población de forma lineal. Está cambiando el modelo productivo, pero son los españoles y las empresas españolas quienes lo están cambiando, no un Gobierno o un Estado”.
La batalla de las reformas
Los ‘twecos’ no se pusieron de acuerdo con el tipo de reformas necesarias. Lacalle habló de la necesidad de “quitar incentivos a la perpetuación de los sectores zombis e incentivar los sectores de alta productividad”.
Muñoz estimó que toda reforma para mejorar el crecimiento, la riqueza y el capital, será bien recibida por las bolsas, mientras que cualquier incertidumbre por la política, la falta de reformas o la mochila de deuda se verá menos reflejada en las cotizaciones pero apuntará de lleno al mundo de los bonos y las primas de riesgo”.
Díez no estuvo muy de acuerdo con los datos comentados sobre deuda de las familias y recordó que, actualmente, es el triple que antes de la entrada en el euro, y puso mucho énfasis en cómo “el eje económico mundial está pivotando”, y en cómo “la productividad crece de verdad en Asia”.
El economista insistió en que Europa es un milagro jurídico, un proceso de integración con mecanismos jurídicos y garantistas que permiten defender las posiciones de los países. “Tenemos que ir a Bruselas con un plan de país de cómo vemos España, Bruselas y Europa en el Mundo”.
Las reformas como mantra
Suanzes explicó con humor cómo las reformas se han ido convirtiendo en un mantra “diseñado por Paolo Coelho”. “Una anécdota. Entrevistando al único Nobel de Economía alemán, Reinhart Selten, me decía que había que hacer reformas, muchas reformas. Pero cuando le pregunté por las últimas que se habían llevado a cabo, me dijo: ‘No tengo ni idea de lo que ha hecho su gobierno, pero hay que hacer reformas”. Pueden consultar la anécdota completa, mucho mejor contada, en su blog.
Para Suanzes, el nuevo orden económico mundial va a marcar todo lo demás. “No es la fecha del 'quantitative easing', es un debate geopolítico sobre el nuevo orden económico mundial de amplia defensa de un sistema iliberal”.
Que se dispare la prima de riesgo
Llamas negó la mayor y aseguró que “no ha habido ni reformas ni austeridad, salvo lo que se hizo a finales de 2011 y 2012". “Lo mejor que le podía pasar a España es que la prima de riesgo siguiera disparada, es lo único que puede hacer que los políticos españoles muevan ficha. Hubo que retorcerle el brazo metafóricamente al señor Zapatero. Y al señor Rajoy, igual: todas las reformas se concentran en los primeros seis meses de su Gobierno”.
A continuación, un largo debate sobre qué hacer con el Banco Popular, como si fuese un amigo enfermo al que todos intentan curar. O dejar que se muera. O matarlo. Tras varias encendidas discusiones, ninguna solución clara. Pero Lacalle dejó claro, eso sí, que todos los mecanismos públicos acaban siendo pagados por el contribuyente.
Los retos de la globalización
Lacalle echó un cable al presidente estadounidense, Donald Trump, y se hizo eco de una frase salida del responsable de presupuesto de EEUU en la que decían que sus políticas “no son antiglobalización, sino antiglobalismo”. “Nadie está en contra de la globalización sino contra poner en manos de entes burocráticos externos a la soberanía de los países las decisiones fundamentales”.
Suanzes no le compró la tesis. “El presupuesto que han presentado es insostenible y la frase de la globalización y el globalismo es una tontería. El proteccionismo está en todas partes. El mensaje de EEUU es que el libre comercio no es bueno. Es una advertencia: como esta empresa deslocalice a México o a Asia va a sufrir las consecuencias. Es el mensaje de Theresa May de que contratar a un extranjero será más caro que contratar a un británico. Es una ola que viene de Rusia, China y Filipinas”.
Muñoz insistió en que el ciudadano vota “no por la globalización sino por su bolsillo. Vota lo que le toca de cerca. La desglobalización no viene tanto contra el libre comercio sino por el miedo a dejar de controlar yo, o alguien que yo he elegido, mi pensión, mi regulación o mi manera de trabajar”.
Díez llevó la discusión al terreno de la sociopolítica y consideró que dos retos claves son el tecnológico y el nuevo orden sociopolítico mundial. “El acuerdo implícito en la Guerra Fría entre EEUU y China ha pivotado. Ahora el enfrentamiento es EEUU-China y el acuerdo implícito es entre Putin y Trump para que Rusia no apoye a los chinos. Y el área de influencia rusa, por cierto, somos nosotros”, indicó.
Explicó también cómo “en China se está viviendo el mayor proceso de integración comercial en su área desde la Unión Europea”. “Se están acercando a América Latina y a África y eso va a acelerar todo el proceso de pivotar la economía mundial hacia Asia. Entre esos mundos, en Europa tenemos que preservar un modelo propio con tecnología, productividad, mejora de empleo y de salarios. Y los investigadores están aquí, sólo queda convertir ese conocimiento en dinero”, destacó.
Sobre el nuevo orden, eso sí, Llamas quiso dejar algunas pinceladas positivas, como que la pobreza se ha desplomado, que la desigualdad a nivel global se ha reducido y que el número de guerras se ha desplomado.
Está por ver cómo quedará este complejo tablero de Risk que combina intereses económicos, culturales y sociales. Cómo evolucionarán estos países que compiten entre ellos y por cuyas ‘almas’ coinciden, a su vez, corrientes a favor de la integración y la desintegración, el pragmatismo y el populismo, la república universal democrática y social o el desfile de la locura.