Las posiciones cortas no parecen estar detrás de la caída acumulada del 50% que Liberbank registraba en las diez primeras sesiones del presente mes de junio. Si bien la entidad financiera subía este lunes el 41% tras prohibir la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) las ventas en corto de las acciones del banco, este martes la ventas volvían a imponerse de manera notable.
Una nueva caída del 13,85% que dejaba los títulos por debajo de 83 céntimos. Lejos de los 68 del pasado viernes, pero también de los 96 en los que cerraba el banco este lunes. Con los accionistas de referencia apoyando a pies juntillas el valor, al igual que los directivos, y sin ventas a corto, la razón de este nuevo desplome hay que buscarlo en el miedo que no cesa entre los accionistas minoritarios.
Ante lo sucedido la semana pasada con el Banco Popular, y ver cómo los accionistas de esta entidad se quedaban completamente arruinados, los de Liberbank no parecen dispuestos a correr la misma suerte. Mejor perder algo que no todo, parece ser el sentir generalizado de estos pequeños accionistas de la entidad dirigida por Manuel Menéndez.
A diferencia de lo que pasaba con el Popular, la CNMV decidía intervenir este lunes en Liberbank cortando el vuelo a las ventas a corto, al considerar que los datos fundamentales son muy diferentes y que las caídas bursátiles se habían producido sin tener detrás noticias negativas del banco. Además, el regulador estima que esta medida resulta más efectiva cuando la presión bajista aún es reducida.