Confianza o locura. La reciente compra del Edificio España ha sido una decisión guiada por uno de esos dos impulsos, pero la consejera delegada de la cadena hotelera Riu, Carmen Riu, prefiere esperar unos años para definir lo que les movió para hacerse con el emblemático edificio madrileño.

La directiva, que ha participado este miércoles en una jornada sobre “Retos del sector turístico en España” organizada por Funcas, se ha referido así a la operación, como “un acto de confianza o de locura”, aunque “para comenzar a saber” en qué se convierte la sorpresiva operación habrá que esperar al menos un lustro.

Después de la larga negociación entre su antiguo dueño, el grupo chino Dalian Wanda, y el empresario murciano Trinitario Casanova, el pasado 1 de junio la operación de venta llegaba a puerto, pero a uno distinto del esperado. Minutos después de entregarle un cheque a Wanda por 252 millones de euros -para completar los 272 millones pactados teniendo en cuenta el depósito de 20 millones que ya había entregado-, la cadena hotelera Riu le compraba a él el edificio.

"Tras varios meses, la operación ha ido madurando hasta abrirse la posibilidad de que Riu se haga con el cien por cien de la propiedad del edificio, una oportunidad que, tras analizarlo en profundidad, no hemos querido desaprovechar", explicaron a principios de mes los directivos de Riu. La cadena llevaba tiempo buscando una ubicación adecuada en Madrid o Barcelona para instalar un hotel urbano.

El desembarco de Riu en la capital

La cadena hotelera prevé desembolsar, además de los 272 millones de la compra del edificio, alrededor de 120 millones más en la reforma, para una inversión total de unos 400 millones. El futuro Riu Plaza, el primero de su línea de hoteles urbanos que instalará en España, ocupará 24 plantas del Edificio España -que tiene 27 en total-, con alrededor de 650 habitaciones.

El hotel, de categoría cuatro estrellas, tendrá un espacio de 1.800 metros cuadrados para eventos, dos restaurantes y piscina y sky bar en la azotea. Según ha señalado Riu a EFE, el proyecto “comenzará a tener forma” para finales de este año. 

Carmen Riu ha indicado que el proyecto ya está en marcha. Los diseñadores y arquitectos trabajan en los planos al tiempo que se conversa con el Ayuntamiento de Madrid para iniciar las obras pronto, aunque por el momento no hay fecha.

Durante su intervención, Riu apostó por la remodelación de los destinos maduros españoles con el objetivo de enfocar al sector en la mejora de la calidad turística, sobre todo en lo que se refiere a los estándares de calidad precio, tanto en el ámbito del lujo como en el de clase más económica. "La idea de que solo queremos clientes de cinco estrellas es mentira", ha añadido la directiva.

La capital, además, “no es una plaza fácil”, ha subrayado Riu a la vista del impacto que han tenido los años de crisis en la capital. “(Madrid) ha sufrido con más intensidad que otras ciudades”, ha señalado.

La cadena se instala, además, en un punto caliente de la ciudad. A un cruce del Edificio España está otro de los edificios clásicos de la capital, la Torre de Madrid, en el que Barceló abrió en enero un hotel cinco estrellas con 258 habitaciones. Y a escasos metros, ya en la calle Gran Via, la oferta hotelera se amplía con el Tryp Plaza España, de Meliá, o el Dear Hotel, ambos en categoría cuatro estrellas.

Pero la competencia no amilana a Riu. Según Pepe Moreno, consejero directivo de Comercialización y Marketing de la hotelera, la clave de su apuesta en Madrid está en la "versatilidad". Un hotel como el suyo, reformado y en el centro de la capital, es "una oportunidad única para cualquier turista o visitante", indicó Moreno según el Diario de Mallorca. "Ya sea por trabajo o por placer, estamos seguros de que si a eso le sumamos el servicio de Riu Hoteles, reconocido mundialmente, nos desmarcaremos de nuestros competidores". 

PROHIBIR LOS ALOJAMIENTOS IRREGULARES

Respecto a la irregularidad de las viviendas turísticas, Riu, como representante del sector hotelero, abogó por una prohibición de los "alojamientos irregulares", yendo un paso más allá que el resto de ponentes que reclamaron una regulación al entender que "prohibir" no es la solución.

"La única manera de controlar las irregularidades de las viviendas turísticas, las cuales incurren en un delito, es su prohibición", ha opinado la directiva.

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