Ángel Ron, el que fuera presidente del Banco Popular durante los últimos 12 años, ha salido a la palestra para no dejar títere con cabeza sobre la actitud de su sucesor, Emilio Saracho, al frente del banco entre el pasado 20 de febrero y el 6 de junio, cuando la entidad fue vendida al Banco Santander por un euro, después de que el Banco Central Europeo (BCE) decidiera que la entidad era inviable por falta de liquidez.
En una entrevista en El Independiente, Ron no se corta un pelo y recuerda cómo Saracho no tenía la menor intención de gestionar el banco. “Nos comentó a los directivos y a mí que él era banquero de inversión y que desconocía, por tanto, la gestión de un banco comercial”, apunta Ron. Y que, como “experto en creación de valor” solo pensaba en conseguir la venta del banco o una ampliación de capital.
"La acción estaba cara y había que dejarla caer"
Ron no tiene dudas al respecto. “Personalmente, creo que se inclinaba más por lo primero. Días después, decía que la acción estaba cara, que había que hacerla caer, aunque fuese a costa de asustar al mercado y a las instituciones. Desde el principio, manifestó su voluntad de meter presión a los supervisores y al poder político para que le facilitasen una operación corporativa. Yo le advertí que esa estrategia era muy peligrosa”, señala en la entrevista.
Tampoco tiene dudas Ron respecto a la intención de Saracho de dejar caer la acción del Popular. “No sé qué pretendía Saracho con su gestión, pero sí lo que conseguía: tirar sistemáticamente la acción con sus comunicaciones. Descarto que quisiese que la acción valiese cero, pero claramente quería bajar su precio”, afirma.
Respecto al desenlace final, Ron no tiene dudas en apuntar que “el banco se liquida porque, aun siendo solvente y teniendo más capital que nunca, sufre una crisis de liquidez ante la desbandada de depósitos”. Y reconoce que la entidad se quedó sin activos colaterales suficientes para seguir solicitando liquidez al BCE.