El vicepresidente de Santander España, Juan Manuel Cendoya, anunciaba la pasada semana que la entidad está buscando soluciones para clientes y accionistas minoritarios del Popular que acudieron a la ampliación de 2016 y que, tras la liquidación del banco, han perdido todo su dinero, al pasar esas acciones a valer cero. Según los expertos, una de las opciones que se manejan es la de `regalar¿ parte de las acciones de la próxima ampliación de capital a los afectados.
Pero las compensaciones podrían venir bajo otras fórmulas. Y aunque Goldman Sachs no las detalla, sí considera que estas son uno de los principales riesgos a los que se enfrenta Santander en los próximos meses.
Aunque los analistas reconocen que el banco tiene músculo suficiente para hacer frente a posibles desembolsos sin dañar su balance, advierten que ¿el riesgo de pérdida de clientes también existe¿. De hecho, en las últimas semanas, Santander ha lanzado una clara consigna a los empleados del Popular para recuperar los depósitos huidos en las semanas previas a la intervención.
A pesar de ello, Goldman Sachs valora positivamente la operación, recordando que tras la integración, Santander se convertirá en el mayor banco español, con un 20% de cuota de mercado en préstamos (un 25% en SME pymes) y un 19% en fondos de clientes.
'Sobrado' de provisiones
A su juicio, tampoco la exposición al ladrillo que el banco asume con Popular tendrá grandes consecuencias negativas para el banco. Para Goldman Sachs, la cobertura de los activos problemáticos será suficiente para hacer frente a la parte tóxica que Santander se lleva con Popular.
¿Se situará en niveles que facilitarán unas liquidaciones rápidas y a gran escala, sobre todo en los préstamos dudosos (non-performing loan)¿, recordando también los 4.700 millones de euros adicionales que la entidad presidida por Ana Botín ha provisionado sobre activos adjudicados del Popular. Si a ello se suman los 2.500 millones de provisiones adicionales sobre los créditos morosos del sector ladrillo, la tasa de cobertura se eleva al 76%.
Bajo este escenario, Goldman Sachs otorga una recomendación de `compra¿ al valor, con un precio objetivo de 7,60 euros por título, lo que supone un potencial alcista del 30% frente a los 5,85 euros en los que la entidad ha cerrado la sesión del jueves.