La intención del Gobierno al aprobar este tipo de emisiones que ya se llevan a cabo en países como Alemania es facilitar a las entidades la dotación de colchones de capital con capacidad de absorción de pérdidas en caso de resolución.

La normativa obliga a los bancos a contar con un número de pasivos que puedan absorber pérdidas en caso de que se inicie un proceso de resolución, el denominado requerimiento mínimo de fondos propios y pasivos admisibles (MREL).

Y la idea es que la deuda senior 'non preferred' o no preferente tenga un orden de prelación (en caso de resolución o concurso) inferior al resto de créditos ordinarios pero superior a la deuda subordinada.

Este tipo de deuda deberá contar con un plazo de vencimiento efectivo igual o superior a un año, no tener características propias de instrumentos derivados; e incluir una cláusula en la que se establezca que tienen una prelación concursal inferior frente al resto de emisiones ordinarias.

Además, el Real Decreto modifica la Ley de Mercado de Valores a fin de dar la consideración de instrumentos financieros complejos a estos instrumentos de deuda. Tan solo los inversores institucionales tendrán acceso a este instrumento

En rueda de prensa, el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, ha explicado que la deuda senior 'non preferred' sufrirá pérdidas en caso de resolución antes de la 'deuda senior' y de los depósitos de más de 100.000 euros, cuyo nivel de prelación es el mismo.

El Real Decreto-Ley también contempla la reforma del régimen jurídico de las coopoerativas de crédito, por lo que el Ejecutivo da por completado el ciclo de reformas del sistema financiero iniciado en 2012.