El Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE), entidad dependiente del Gobierno brasileño, aprobó "sin restricciones" la operación al considerar que "no genera efectos nocivos a la competencia", según señaló en un informe.
La eléctrica brasileña Neoenergia, participada en un 39 % por Iberdrola, anunció en junio pasado la incorporación de la actividad y negocios de Elektro, propiedad de la eléctrica española.
Tras la integración de Elektro en Neoenergia, los estatales Banco do Brasil y Caixa serán titulares de aproximadamente el 9,35 y el 38,21 %, respectivamente, del capital de la nueva Neoenergia, de la que Iberdrola Energía controlará el 52,45 %.
La compañía resultante, además de cotizar en bolsa, será la mayor empresa eléctrica de Brasil y la primera de Latinoamérica por número de clientes con 13,4 millones.
El CADE alegó que "en el mercado de comercialización de energía eléctrica no hay una jurisprudencia clara sobre su delimitación", si bien el sector está sujeto "a una intensa regulación" por parte de la reguladora Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel).
"Aneel fiscaliza los agentes del mercado y regula los precios que los consumidores finales pagan por la electricidad suministrada por las empresas, de forma que la integración vertical en este segmento no es capaz de suscitar preocupaciones en cuanto a la competencia", justificó el órgano.
Para cerrar la operación, Neoenergia ejecutará una ampliación de capital que será suscrita en su totalidad por Iberdrola, que, en contraprestación, entregará los activos de Elektro.
Según el pacto alcanzado entre las partes, Iberdrola tendrá derecho a nombrar a la mayoría de miembros del consejo de administración de la eléctrica y la obligación de canalizar todas sus inversiones en Brasil a través de la compañía.
Si se agregan las cifras correspondientes al ejercicio 2016 de Elektro y Neoenergia, la compañía habría generado unos ingresos de alrededor de 9.000 millones de dólares y un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de unos 1.060 millones de dólares.