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Empresas

Santander aspira a vender la mitad del ladrillo del Popular por un tercio de su valor

El Banco Santander ha comenzado las negociaciones con varios fondos internacionales, que podrían acelerar, y mucho, la venta por parte de la entidad de los activos tóxicos del Popular. En concreto, el banco cántabro aspira a conseguir 5.000 millones de euros por la mitad de la cartera inmobiliaria de la entidad, valorada en unos 30.000 millones de euros.

6 julio, 2017 17:42

Según han confirmado fuentes cercanas a la operación, el interés por estos activos inmobiliarios ha sorprendido gratamente a la entidad presidida por Ana Botín, que en un principio pensaba vender toda esa cartera en un plazo de 18 meses. Ahora, los tiempos podrían acortarse.

La agencia Bloomberg informa de que Santander ha contactado con BlackStone, Apollo y Lone Star para `rascar¿ ofertas por valor de unos 5.000 millones de euros con el fin de que se hagan con algo más de la mitad del ladrillo del popular, valorado en concreto en 29.800  millones de euros (el total de los activos improductivos ligados al inmobiliario del Popular). La cifra sería inferior si se tiene en cuenta la cobertura que aspira a lograr Santander con la ampliación de capital puesta en marcha hoy. Parte de esta operación irá destinada a aumentar la cobertura sobre estos activos del 45% al 67%. Y el de los créditos morosos del 55% al 75%.

En concreto, Santander espera que, antes de que finalice julio, uno de los fondos asuma con la propia entidad la gestión conjunta de Aliseda (donde el fondo en cuestión participaría a ese 51%). Aliseda es la antigua inmobiliaria del Popular, que recompró a Värde Partners y Kennedy Wilson por 180 millones de euros de ese 51% que no tenía en la inmobiliaria. Esta recompra la hizo ya con el equipo gestor del Santander el pasado 30 de junio. 

Este movimiento recuerda al intentado en su momento por el expresidente del Popular, Ángel Ron, para sacar 6.000 millones de euros de activos inmobiliarios del balance del banco. Una operación que se denominó como Sunrise. Finalmente, la propuesta no vio la luz y su sucesor al frente de la entidad, Emilio Saracho, decidió dejarla al margen, manteniendo una exposición al ladrillo que sin duda fue clave en la posterior intervención del banco.