Gas Natural da el primer paso en la nueva ola de fusiones de las eléctricas europeas
La española Gas Natural ha encendido la mecha de la que se espera sea la fase de mayor agitación en el sector eléctrico europeo en una década. Su presidente Isidre Fainé ha contactado con su homólogo en la rival lusa Energias de Portugal (EDP) sobre una eventual fusión de 35.000 millones de euros que crearía la mayor eléctrica europea por capitalización bursátil.
8 julio, 2017 12:20Por Andrés González y Arno Schuetze
Aunque las empresas han negado la existencia de negociaciones, banqueros y analistas dicen que un nuevo campeón ibérico en energía eléctrica amenazaría el dominio de la francesa EDF y la italiana Enel y podría desencadenar una ola de fusiones y adquisiciones europeas en un sector maduro para un proceso de concentración.
Este impulso por el cambio se deriva en parte del creciente desplazamiento hacia las fuentes de energía renovable.
El suministro de energía eólica y solar, tecnologías cada vez más baratas, va en aumento en Europa y está forzando a bajar los precios mayoristas de la electricidad y amenazando el modelo tradicional de generación y distribución centralizada de energía de las grandes centrales de carbón, gas y nucleares.
Las eléctricas están contraatacando uniéndose a la transición hacia las renovables, pero también ofreciendo dispositivos digitales que ayuden a sus clientes a controlar su consumo. Como señala un banquero de inversión, estas empresas necesitan desarrollar una "estrategia 2.0" centrada en las energías renovables, las redes y los clientes minoristas.
Ganar tamaño mediante adquisiciones ayudaría a las eléctricas a gestionar mejor esta transición y la inminente pérdida de subvenciones públicas y del acceso preferente a las redes eléctricas que han protegido sus ingresos son otros factores que estimulan la consolidación. La nueva apuesta por fusión llega después de varios años difíciles. Varias eléctricas tuvieron que asimilar fuertes pérdidas después de la ronda de adquisiciones que se produjo hace una década, cuando el modelo tradicional de generación eléctrica, y el de energía nuclear en particular, cayeron bajo presión. Ahora, compañías como Gas Natural y la alemana RWE han limpiado sus balances para hacer más llevaderas eventuales compras o canjes de acciones, dijeron analistas.
"Se han cometido muchos errores respecto a las compras de gran envergadura en el pasado. Todo el mundo quiere evitar nuevos tropiezos", dijo un banquero de inversión especializado en eléctricas.
El índice Stoxx de eléctricas de la eurozona ha perdido hasta el 60 por ciento de su valor en la última década, pero se ha recuperado con fuerza en 2017, ayudado por unas paradas en los reactores de EDF que han impulsado los precios de la luz en invierno y por la sentencia de un tribunal alemán que declaró ilegal un impuesto al combustible nuclear que supondrá la devolución de miles de millones a las eléctricas germanas. En los últimos seis meses, el índice ha subido más del 15 por ciento, mientras que el Stoxx 600, más amplio, sube un 7 por ciento.
"Por fin el sector llega al punto en el que puede pasar de una década de destrucción de valor ... a la confianza sobre un crecimiento de la generación de flujo de caja de las eléctricas de modo sostenible", dijo Deutsche Bank en una nota de análisis.
ALEMANIA EN EL EPICENTRO
España puede haber prendido la chispa, pero es Alemania el país que está actualmente en el epicentro de los rumores de concentración. Las mayores empresas eléctricas germanas, E.ON y RWE, han separado sus negocios de mayor crecimiento, la energía renovable y la actividad minorista, de los negocios de generación centralizada, que atraviesan dificultades.
E.ON ha mantenido el negocio renovable y aparcado sus centrales eléctricas antiguas en una empresa llamada Uniper. RWE, en cambio, se ha quedado con sus plantas tradicionales y colocado el negocio renovable y minorista en una nueva compañía denominada Innogy.
Pero con capitalizaciones de mercado que rondan los 19.000 millones de euros, E.ON e Innogy tienen un tamaño que no alcanzan la mitad que la de gigantes en renovables del sur de Europa como Enel e Iberdrola, que tienen un valor en bolsa de 48.000 millones de euros y 42.000 millones, respectivamente.
Las empresas del sector en Italia y España comenzaron la transición hacia negocios más rentables como la energía solar y las redes de transmisión y distribución hace una década.
En Francia, la actividad también se está calentando. La consejera delegada de Engie, Isabelle Kocher, está trabajando duro para que el antiguo monopolio de gas francés se centre más en redes y renovables.
Varios bancos de inversión están tratando de orquestar un canje de acciones entre Engie y RWE que crearía un gigante energético franco-alemán, dijeron fuentes en mayo.
"Enel y Engie están realmente activas, analizando todo. Las empresas alemanas están listas para hacer una fusión doméstica, o para ser compradas por una extranjera", dijo un banquero de inversión en eléctricas.
Enel tiene una capacidad instalada en renovables de 37 gigavatios (GW), de los cuales 27,4 provienen de plantas hidroeléctricas y 6,5 GW de energía eólica. Innogy tiene una capacidad instalada verde de sólo 3,7 GW, principalmente eólica.
"Todos están hablando con todos, pero sólo unas pocas operaciones tendrían sentido. Iberdrola-Innogy podría ser una de ellas. Pero sobre todo se trata de desinvertir activos más pequeños y de racionalizar estructuras en una época de mercados más competitivos y de una presión creciente sobre los costes", dijo otro banquero del sector.
Iberdrola, la segunda eléctrica europea por capitalización, está trabajando con el banco estadounidense de inversión Morgan Stanley para estudiar oportunidades, mientras que Gas Natural se ha dirigido a Citigroup en busca de asesoramiento, según personas con conocimiento de la situación.
Enel ha negado reiteradamente cualquier interés en Innogy, insistiendo en que las grandes operaciones tienden a destruir valor. "Toda esta rumorología sobre M&A (en inglés, fusiones y adquisiciones) en Europa, es puro cine", dijo a Reuters el consejero delegado de Enel, Francesco Starace.
También habría postores sobrevolando a Uniper, dijeron banqueros de inversión.
Fortum estaría interesada en comprar sus activos escandinavos, pero podría dudar en adquirir las centrales de carbón y gas de Uniper, que implicarían un incremento de las emisiones de CO2 de la finlandesa y que representan el grueso de la actividad de la alemana.
Fuentes bancarias dijeron que Uniper también era un objetivo para las rivales checas CEZ y EPH, pero estas advirtieron de que los 6.200 millones de euros que vale en bolsa tras revalorizarse un 70 por ciento desde que fue segregada en septiembre podría enfriar el deseo comprador.
FONDOS DE INFRAESTRUCTURAS
Además de los cambios estratégicos que están dando forma al sector, la demanda de operaciones también procede de los fondos de infraestructuras, aseguradoras y fondos de pensiones.
Estas instituciones están a la caza de activos que generen rentabilidades recurrentes y sostenibles porque las de la renta fija en las que tradicionalmente invierten hacen cada vez más difícil la financiación de sus pasivos.
Pero en lugar de comprar empresas centradas en energías verdes, los fondos están comprando cada vez más participaciones minoritarias en activos renovables, dejando al promotor como principal operador con una participación mayoritaria. Por ejemplo, la plataforma de inversión en infraestructuras renovables de BlackRock lanzada en 2012 gestiona actualmente más de 4.000 millones de dólares en activos de clientes, en su mayoría proyectos eólicos y solares.
Fondos de infraestructuras se encuentran entre los cinco postores que se espera que presenten ofertas vinculantes en septiembre por los activos italianos de Gas Natural, que está siendo asesorado en la venta por Rothschild.
Se espera también que fondos oferten por el negocio de calefacción municipal de Steag, empresa participada por siete municipios alemanas, a la que también asesora Rothschild, dijeron personas con conocimiento de la situación.