“Si a alguien le gusta pescar, en España necesitará 17 licencias de pesca… Eso es molestar”. Así describía el presidente de la patronal de las pymes, Cepyme, Antonio Garamendi, el efecto que tendrá la sentencia contra la licencia única del Tribunal Supremo. Según él, se trata de “una locura” que lo único que hace es “molestar” a la actividad empresarial. Y apostilla: “Sólo pido que las administraciones no molesten; que nos dejen en paz”.
Garamendi fue el encargado de clausurar el evento organizado por EL ESPAÑOL en la sede de la CEOE en colaboración con Ibercaja, KPMG Impulsa y Correos. Durante su intervención, el directivo ponía el ejemplo de las comunicaciones oficiales de las administraciones: “En España hay 173.000 páginas del BOE al año; y 830.000 de boletines regionales”.
¿El origen de esta queja? La sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que ha echado por tierra la licencia única, una de las claves fundamentales de la Ley de Unidad de Mercado. “Es una locura”, ha advertido, al entender que generará dificultades en las gestiones con la administración para empresas con mucha menos estructura y capacidad para asumir gastos.
Claves para la supervivencia de las empresas
Este es uno de los riesgos destacados en un mercado como el español, donde el menor tamaño de las firmas es una de sus señas de identidad. Según explicaba Cristina Mateo, responsable de Empresas en Madrid de Ibercaja, más de ocho de cada diez firmas en el país tienen dos o menos trabajadores. Y añadía: el 20% de las compañías mueren en su primer año de vida. “España es un país donde hay mucho ingenio y creatividad; pero nos falta una parte de conocimiento y gestión empresarial que es muy importante”, apuntaba Javier Calderón, director de Empresas de la Confederación de Empresarios (CEOE).
Ante este escenario, la directiva, quien defendía un papel de la banca en este entorno de emprendedores basado en criterios de “prudencia”, colocaba tres factores clave para la supervivencia de una empresa: la mejora de la competitividad; la búsqueda de nuevos modelos de negocio alternativos, y la búsqueda de una máxima satisfacción de los clientes.
Sin barreras de entrada y la oportunidad en España
Pese a los riesgos de morir, las pequeñas compañías tienen hoy un escenario con menores barreras de entrada. Así al menos lo defendían la mayoría de los participantes en el debate, que colocaron la tecnología y la digitalización como piezas clave para ello. “Las barreras de entrada se están reventando, lo que está favoreciendo que aparezcan nuevos jugadores que están cambiando la realidad de muchas industrias”, ha apuntado Iñaki Ortega, director de Deusto Business School.
Esas menores barreras de entrada también pueden ser, en cierta manera, una pequeña trampa. “El tamaño deja de ser una barrera, pero todo se vuelve absolutamente competitivo, donde lo que haces lo puede hacer el resto… Y eso exige al emprendedor que se posicione y se diferencie, haciendo las cosas mejor y más barato”, ha resaltado Begoña Hernández, directora de Mercados de KPMG España.
¿Cuál es hoy el escenario en España? Sacha Michaud, cofundador de la empresa de mensajería ‘bajo demanda’ Glovo, ha explicado que el mercado español está “un paso por detrás de otros países a nivel de implantación de tecnología”. “Y eso es una oportunidad”, ha apostillado. En este sentido, ha puesto el ejemplo de su propia compañía, que, según él, no estaría donde hoy está si hubieran lanzado desde Londres, con una mayor competencia. “Puede ser una ventaja porque te da la posibilidad de crecer”.
Pese a esa ventaja, aún queda mucho por hacer en el lado de la ambición. “Deberíamos tener una visión más global en España y apostar por la internacionalización”, explica Joaquín Aís Piñero, socio fundador y consejero delegado de Vertize Gala, una compañía dedicada a la moda en el sector de las bodas, que hoy suma unos 11 millones de euros de facturación.
El otro ‘punto negro’ en el mercado español señalado por los emprendedores es el de su actitud. “Hay una diferencia grande entre la sociedad en España y en otros países como Reino Unido o Estados Unidos… No es una ‘business society’ y otorga mucha responsabilidad sólo al empresario”, ha apuntado Frank Moerman, fundador y consejero delegado de Chalmore Language Solutions.
“De elefante a gacela gordita”
Y en este contexto, con pequeñas empresas tratando de conquistar una parte del pastel del mercado, ¿qué papel juega la gran empresa? Iñaki Ortega ha señalado cinco grandes mitos del ecosistema emprendedor que han sido derribados en los últimos años. Y entre ellos ha señalado uno: “El elefante jamás puede bailar con una gacela; este mito también ha caído, pues todas grandes corporaciones están trabajando con gacelas, con emprendedores”.
“Éramos un elefante, pero ahora somos una gacela gordita”. Así describía Jesús Sánchez Lladó, responsable de Diversificación de Correos, la evolución de la compañía postal. En 2008 tocó techo y a partir de ahí los ingresos no dejaron de caer en un mundo en el que el correo postal no ha dejado de perder importancia. ¿Su salida? Un plan estratégico, arrancado hace cuatro años, con el que se lanzaron a competir en la paquetería en plena expansión del comercio electrónico. Pero además plantearon una solución para crear las tiendas y toda la infraestructura para pymes. “Una serie de actores están cogiendo predominancia y puede llegar a ser un oligopolio”, ha advertido. “El éxito de Amazon tiene que ver con el servicio increíble que tiene; como no estemos nosotros a ese nivel, como pyme, empresa o gran empresa, vamos a perder”, ha apuntado.
Muchos retos por delante. Para los elefantes, pero también para las gacelas.