Gran Bretaña adjudicó el lunes contratos valorados en 8.600 millones de dólares para construir una red de alta velocidad en el país (HS2) a una serie de compañías incluida Carillion, que atraviesa una dura crisis tras haber realizado recientemente provisiones multimillonarias.
Balfour Beatty, junto con la francesa Vinci, ejecutará otros tramos de la infraestructura, que deja fuera por el momento a empresas españolas como ACS, Ferrovial, FCC y Acciona que se habían presentado a algunos de los lotes de esta licitación.
El proyecto ferroviario de alta velocidad de Gran Bretaña tendrá un coste estimado de unos 56.000 millones de libras y conectará Londres con ciudades en las regiones del centro y el norte del país. Se prevé que la primera fase entre en funcionamiento en 2026.
Las obras, descritas por el Ejecutivo británico como la mayor infraestructura europea, han levantado críticas en el país por su elevado coste y el impacto que tendrá en el paisaje rural.