En una conferencia con analistas para presentar los resultados del primer semestre, el director financiero del grupo, Miguel Martínez, consideró que el requisito básico para abordar este cambio en su política de dividendo pasa por el hecho de que S&P eleve al menos un escalón la nota crediticia del grupo.
El pasado martes, S&P ya abrió la puerta a que esta mejora del rating de Repsol se produzca al pasar su perspectiva de 'estable' a 'positiva' y al afirmar que "en los próximos seis o doce meses" podría elevar su nota.
Repsol cuenta actualmente con una calificación crediticia a largo plazo de 'BBB' para Fitch, con perspectiva 'estable', y de 'BBB-' para S&P, aunque ya situada en esa perspectiva 'positiva'.
En el caso de producirse esta mejora en el rating, el director financiero de Repsol señaló que, en su opinión, sería partidario de suprimir el actual sistema de 'scrip dividend'.
No obstante, Miguel Martínez subrayó que la política de dividendo de la compañía es una materia que "depende del consejo de administración".
Por otra parte, el directivo destacó que los resultados del grupo en este primer semestre demuestran que está "en el buen camino" para cumplir, e incluso mejorar, los compromisos de la compañía para el ejercicio.
Así, ratificó los objetivos de producción en torno a los 680.000 barriles equivalentes de petróleo diarios, con la puesta en marcha de Kinabalu (Malasia), Juniper (Trinidad y Tóbago), Sagari (Perú) y Reggane en la segunda parte de este año y principios de 2018.
Además, el director financiero de Repsol consideró que la producción podría estar por encima de los 700.000 barriles diarios en 2018 dependiendo del comportamiento de Libia.