La firma española Privalia regresó a pérdidas durante el ejercicio 2016, cuando la compañía fue vendida a su competidor francés Vente-Privee. La española ha tenido que abordar el pago de casi 24 millones de euros en efectivo al cancelar los tres planes de retribución a empleados y directivos en forma de acciones. El año lo cerró con un incremento del 14% de los ingresos, hasta los 460 millones de euros.
Vente-Privee decidía, tras años de especulaciones y rumores, sacar la chequera para hacerse con uno de sus mayores competidores. Lo hizo después de una negociación que se alargó durante semanas. Fue en abril de 2016 y se convirtió en una de las grandes ventas de una ‘startup’ de Internet.
Por tanto, su primer ejercicio bajo el paraguas de la compañía francesa concluyó el pasado 31 de diciembre. Y ese año las cuentas, recién presentadas en el Registro Mercantil, volvieron a teñirse de rojo por el pago de las 'stock options'.
Según queda reflejado en la memoria, la empresa, fundada por José Manuel Villanueva y Lucas Carné, ha tenido que hacer frente al pago de un total de 23,6 millones de euros para poder liquidar los tres planes de retribución en base a acciones que tenía creados. De esos, algo más de 300.000 euros se abonaron, mientras que a cierre de ejercicio 23,3 millones estaban pendientes de pago a corto plazo, en forma de provisión.
¿La consecuencia? De nuevo, pérdidas en el balance consolidado de la empresa, que incluye no sólo la filial española, sino las dos con las que cuenta en México, la brasileña y la italiana. En total, suman 13,5 millones de euros de pérdidas. Sin contar con este pago extraordinario habría tenido unos 10 millones de beneficios, algo inferior a los 11,3 millones logrados un año antes.
Los tres planes de acciones
En concreto, la empresa tenía tres planes de retribución con acciones. Uno de ellos se aprobó en noviembre de 2008 e iba dirigido a “determinados empleados”. Dos años más tarde aprobaron otro en sustitución de este al que se sumaron la mayor parte de los empleados.
Al segundo plan se le dio luz verde en junio de 2012. Su destino: administradores, directivos y “personal clave” del grupo. ¿Y el tercero? En noviembre de 2013 para los mismos destinatarios, según la memoria.
Dado que los tres planes de retribución se basaban en derechos que podían ser ejercidos en caso de vender la compañía, los tres se liquidaron de manera anticipada tras la compra por parte de Vente-Privee.
Más negocio
Al margen de estos planes, la compañía de venta de moda outlet a través de Internet alcanzó los 459,9 millones de euros de ingresos, lo que suponía un 14% de incremento respecto al año anterior. ¿Por geografía? Europa (España e Italia) sumaron 28,3 millones desde los 240 millones del ejercicio anterior mientras que Latinoamérica alcanzó 176 millones frente a los 162 de un año antes.
En este ejercicio es la primera vez que se registran ingresos por servicios ofrecidos a su matriz, Vente-Privee. En concreto, ingresaron 1,7 millones de euros por otros servicios prestados.
La empresa acabó el ejercicio superando la barrera de los 1.000 empleados, representa un crecimiento de más del 23% respecto a los casi 840 con los que contaba a cierre de 2015.
Precio, sin notificar
La compañía no ha hecho pública en la memoria la cantidad total que Vente-Privee pagó para hacerse con el 100% de sus acciones. En su momento, la cifra que ofrecieron diversas fuentes del mercado colocaban el ‘precio’ en más de 450 millones de euros.
Hasta ese momento, las acciones se repartían, principalmente, entre los grandes fondos de inversión. El fondo estadounidense General Atlantic controlaba el 34%, mientras que Highland Capital Partners manejaba el 14% de las acciones. El resto: Sofina (8,6%), Nauta Capital (6,9%), Inisght Ventures Partners (6,7%), Index Ventures (5,9%). Los fundadores contaban con el 5,95% cada uno. Resta otro 11% que, en teoría, son destinadas a las retribuciones a empleados y directivos.
El fundador de Vente-Privee aseguró unos meses después de cerrar la operación que el mayor error que había cometido Privalia fue recaudar demasiado dinero del capital riesgo. El directivo aseguró que esta opción acaba restando “independencia y poder de decisión” a los fundadores.