Lee, líder de facto de uno de los mayores grupos industriales de Asia, lleva detenido desde febrero, acusado de cargos que van de malversación a perjurio, en un escándalo que ha llevado a la caída del expresidenta Park Geun-hye.
"Aunque Lee es el último receptor de estas ganancias (por el caso de sobornos), ha estado pasando la responsabilidad a otros acusados", dijo uno de los fiscales especiales al tribunal.
La decisión judicial se espera para antes del 27 de agosto, cuando concluye el actual período de detención de Lee. Otros cargos contra él incluyen la transferencia de activos al extranjero y la ocultación de un delito.
La defensa siguió negando que Lee delinquiera, cuestionando si la Fiscalía se estaba apoyando en la opinión pública para asegurarse la cárcel para Lee, de 49 años y cuyo padre, el patriarca del grupo Lee Kun-hee, fue hospitalizado en 2014.
La Fiscalía ha dicho que las intenciones de Samsung al apoyar fondos respaldados por Park, y el patrocinio de la carrera ecuestre de su hija, era conseguir apoyo del Gobierno a sus esfuerzos por cimentar el control de Lee en un imperio que va desde teléfonos inteligentes al negocio biofarmacéutico.
Sin embargo, los abogados de Lee dijeron que el argumento de que intentaba reforzar el control de la firma era una "relato ficticio" de los fiscales, y que medidas como la fusión de dos filiales de Samsung en 2015 pretendían asegurar la supervivencia y crecimiento de las firmas individuales.
En ausencia de Lee, Samsung Electronics informó de unos beneficios trimestrales récord a finales de julio.