El presidente de EEUU, Donald Trump, ha decidido eliminar el Consejo Industrial y el Foro de Estrategia y Política tras el abandono de dos nuevos consejeros delegados de grandes empresas. La salida de Inge Thulin, CEO de 3M, y el abandono de Denise Morrison, consejera de una empresa tan estadounidense como las sopas Campbell, han forzado la mano del millonario neoyorquino, que ha preferido terminar con su Iniciativa de Empleos Manufactureros y lo ha anunciado a través de Twitter.
Inmediatamente después de anunciarlo en la red social, otros dos consejeros delegados anunciaron su retirada.
“Antes que poner más presión sobre los empresarios del Consejo Industrial y el Foro de Estrategia y política, voy a eliminarlos ambos”, señaló el presidente, que de esta manera no seguirá viendo un goteo de titulares sobre el abandono de grandes industriales como asesores. A partir de ahora, podría renunciar a tener asesores empresariales o ensamblar una nueva iniciativa con directivos que vayan a apoyar a su causa sin objeciones sobre cómo gestionó los incidentes en Charlottesville o el Acuerdo de París.
"Ya no es un vehículo efectivo"
En su comunicado, Thulin afirmó que se había unido a la iniciativa para fomentar políticas alineadas con sus valores y fomentar mayores inversiones y crecimiento del empleo. “Tras una cuidadosa reflexión, creo que la iniciativa ya no es un vehículo efectivo para que 3M avance en estas metas”, señaló, afirmando que la sostenibilidad, la diversidad y la inclusión son sus “valores personales”. “También son fundamentales para 3M, que seguirá luchando por un entorno que los apoye. Estoy comprometido en la construcción de una compañía que mejore las vidas de personas de todo el mundo”, afirmó.
“Tras los comentarios de ayer del presidente, no puedo formar parte de la iniciativa”, señaló por su parte Morrison, quien también dejó claro que “seguirá apoyando los esfuerzos para sostener el crecimiento económico y abogando por los valores que siempre han hecho grande América”.
Morrison se refirió específicamente a los eventos de Charlottesville: “El racismo y el asesinato son inequívocamente reprensibles y no son moralmente equiparables a ninguna otra cosa que pasase en Charlottesville”. Afirmó además que Trump debería haber sido, y aún necesita serlo, “nada ambiguo a ese respecto”.
Se trataba de la sexta y la séptima salida de un consejo que comenzó con 28 personas y que se ha quedado con 17, menos de dos terceras partes. Aunque Elon Musk (Tesla) ya se anticipó con su salida tras el abandono del Acuerdo de París por parte de Trump, los eventos de Charlottesville y la tibia respuesta del presidente provocaron una ola de fugas.
Goteo y cascada
Las primeras, las del lunes, con la salida del CEO de Merck, Ken Frazier, seguida de las de Brian Krzanich (Intel) y Kevin Plank (Under Armour). A partir de ahí, la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO), y la Alianza por la Manufactura Americana, y desde entonces, la espantada.
Aunque el lunes Trump pareció encarrilar la situación de opinión al denunciar a la ultraderecha, el sorprendente discurso del pasado martes en el que volvió a culpar a más grupos además de los supremacistas blancos y en el que dijo que había gente “maja” en ambos bandos, con la subsiguiente respuesta en redes sociales, fue el detonante de la última ronda de salidas entre unos directivos a los que el presidente había dejado sin opciones.
Las últimas salidas son un contratiempo significativo para un Trump que había afirmado en Twitter, pocas horas antes, que “por cada CEO que salga del consejo, tengo muchos que ocuparán su lugar” y en el que llamó “teatreros” a quienes lo abandonaron.
Tras la publicación del comunicado en el que Trump anunciaba la disolución del consejo, dos CEO más lo abandonaron: el de Johnson&Johnson y el de United Technologies.
La iniciativa de empleos industriales tenía como objetivo aconsejar a Trump sobre cómo crear más puestos de trabajo en la industria americana, pero el grupo se reunió sólo en una ocasión y de forma simbólica.