Los demandantes argumentan que la Junta Única de Resolución (JUR) faltó al secreto profesional al filtrarse información sobre supuestos problemas en la entidad que desembocaron en una masiva salida de depósitos y también critica supuestos "errores" en el proceso de resolución así como una "excesiva precipitación" de la Comisión al refrendar la decisión de la JUR.
"La violación del secreto profesional por parte de la JUR, que incluye también comentarios públicos de que se estaba vigilando a Banco Popular, socavó la confianza de los inversores e intensificó una fuga de depósitos del banco", explicó el jueves Richard East, de Quinn Emanuel, la firma que representa a los bonistas. "Irónicamente fue esta formidable fuga de liquidez del Banco Popular la que se emplea posteriormente por la propia JUR para justificar su intervención en el banco".
Desde mediados de mayo empezó a filtrarse información sobre la preocupación en Europa por la situación de Banco Popular tras reconocer la propia entidad que necesitaba una ampliación de capital o una operación de fusión para sobrevivir.
Tras perder más de un 50 por ciento de su valor bursátil y sufrir una importante fuga de fondos, la entidad fue resuelta y vendida a Santander por el precio simbólico de un euro el siete de junio atrapando a miles de accionistas y bonistas.
En los recursos presentados el grupo de bonistas - titulares de una parte "significativa" de los bonos que se evaporaron en la operación y que incluye a la estadounidense Anchorage Capital y a las británicas Algebris y Ronit Capital - critica también que la evaluación del mecanismo de resolución por parte de la Comisión Europea duró "como máximo 77 minutos", según los propios registros de la CE.
Un mes antes de su resolución, Popular declaraba un valor patrimonial en 10.777 millones de euros a pesar de que, con motivo de la intervención se elaboró un informe independiente, que no se ha hecho público, que arrojó una valoración económica negativa de entre 2.000 millones y 8.200 millones de euros de la entidad en dos escenarios.
Popular capitalizaba unos 1.300 millones de euros el día de su resolución, que dejó a cero el valor de las acciones y el de 1.900 millones de euros emitidos en bonos convertibles y subordinados.
Los recursos anunciados el jueves hacen hincapié en que la JUR basó su decisión en "una información incompleta, en parte basada en un precipitado informe de evaluación elaborado por Deloitte" que no se ha hecho público.
"Tras su decisión y, a pesar de las repetidas y razonables peticiones realizadas, la Junta Única de Resolución ha demostrado tener una falta total de transparencia, ocultando o reteniendo documentos cruciales como el informe de Deloitte, entre otros", dijo Richard East.
Diversos accionistas y asociaciones de consumidores han presentado querellas y acciones conjuntas en el ámbito penal y administrativo en diversos tribunales en España y Luxemburgo en contra de la resolución del banco.
La Asociación Española de Accionistas Minoritarios que como otros demandantes asegura que la situación de liquidez y solvencia del banco no justificaba la resolución, pide una compensación a los accionistas de 1,85 euros por título.
El grupo de accionistas mexicanos encabezados por Antonio del Valle, que controlaba algo más de un cuatro por ciento del banco, también anunció hace unas semanas una demanda ante el tribunal europeo considerando "ilegal" la intervención.
A mediados de junio, Banco Santander anunció que ofrecerá un bono de fidelización perpetuo como compensación a una parte de los inversores minoristas que perdieron todo su dinero en la resolución del Banco Popular a cambio de renunciar a potenciales demandas.
Entre los grandes accionistas, falta por ver si el grupo de la familia chilena Luksik secunda la batería de demandas tras perder en solo un mes los 90 millones de euros que había invertido a comprar un tres por ciento de la entidad resuelta.
"En los negocios hay que saber aguantar. Aunque en este caso sí nos sorprende mucho la inédita decisión del Banco Central Europeo", dijo el multimillonario Andrónico Luksic en su cuenta de Twitter el 7 de junio tras perder su inversión en el banco.
La autoridad europea de Competencia dio la semana pasada el último visto bueno a la operación al considerar que la compra de Popular por parte de Santander no atentaba a los principios de competencia.