El crecimiento de la economía holandesa ayudó al grupo a obtener esa mejora. Además el banco se vio menos expuesto a los impagos de sus clientes, lo que le permitió reservar una menor provisión de fondos.
El beneficio operativo subyacente antes de impuestos creció un 12 % hasta 2.276 millones de euros, un progreso tangible en todos los segmentos de Rabobank, según la entidad.
Además, el rendimiento del capital invertido creció del 5,4 % al 7,8 %.
Los bajos tipos de interés y la dinámica del mercado inmobiliario en Holanda animaron a los clientes a proceder a reembolsos masivos de los préstamos hipotecarios en los primeros seis meses, por valor de unos 8.300 millones de euros.
Por otra parte, las medidas de reestructuración adoptadas llevaron al despido de 869 empleados, situando el número total de empleados en 44.698 personas.
La entidad precisó que la mayoría de las medidas de eficiencia planeadas para este año tendrán efecto en el segundo semestre del año, lo que aumentará las pérdidas de empleo.
El presidente de la Junta Directiva de Rabobank, Wiebe Draijer, indicó que pese a los progresos, la entidad necesita "hacer mucho más" para "mantener el ritmo" en el contexto de los cambios en el entorno.
"Estamos dando forma a la próxima fase de nuestra agenda de cambios con incluso más énfasis en la digitalización y la innovación", indicó.