El consejero delegado de Ryanair, Michael O'Leary, ha confirmado hoy su interés por Air Berlin en paralelo a su intención de pujar por Alitalia, por la que presentará su oferta en octubre próximo.
Ambas compañías se encuentran en quiebra, pero mientras el proceso de Alitalia se lleva con transparencia y está abierto a todos, en el caso de la alemana sólo se habla con Lufthansa, ha criticado O'Leary en una rueda de prensa.
Según el líder de la 'low cost' irlandesa, en octubre habrá entre cuatro y cinco "ofertas serias" por la compañía italiana, incluida la de Ryanair, en tanto que el proceso por Air Berlin es diferente, ya que "no sabemos realmente, de momento, qué es lo que está en venta".
Ha recordado que Luthansa es propietaria de 50 aviones de Air Berlin, que se los alquila, por lo que si Ryanair puja por ella y mantiene esos aparatos, "¿se los estaría arrendando a Lufthansa?", se ha preguntado O'Leary.
A su juicio, de momento, es imposible saberlo porque, hasta ahora, los únicos involucrados en el proceso son las dos aerolíneas germanas y el Gobierno alemán.
O'Leary ve en el calendario de la quiebra de Air Berlin, anunciada dos meses antes de las elecciones en Alemania, la mano de Lufthansa con el objetivo de meter más presión al Gobierno germano, ya que ninguna aerolínea en la historia se ha declarado en bancarrota en agosto, el mes de mayor liquidez de las compañías, ha apuntado.
O'Leary ha advertido, asimismo, de que la fusión con Air Berlin crearía un monopolio, al permitir a Lufthansa controlar un 95 % de las rutas nacionales en Alemania frente al 17 % actual.
El directivo también ha hecho referencia al 'bréxit' y ha explicado que las aerolíneas deberían contar con un marco legal en octubre o noviembre de 2018, porque en esas fechas empieza la venta de billetes para volar en verano de 2019.
En su opinión, el mejor escenario para el 'brexit' es la permanencia del Reino Unido en el marco de "cielos abiertos", aunque lo cree "poco probable", por lo que el país se vería abocado a negociar acuerdos bilaterales con la UE.
El directivo ha agregado que el Gobierno del Reino Unido no tiene un plan B para esa situación, que podría paralizar las conexiones entre Europa y la isla y, comprometer en 2019 las vacaciones de sus ciudadanos, a quienes, ha bromeado, no quedarían más alternativas que pasarlas en Irlanda o Escocia.