Las ventas de Tiffany entre febrero y julio sumaron 1.859,3 millones de dólares (1.577,2 millones de euros), lo que supone facturar un 2% más que en el mismo periodo del año anterior.
Por áreas geográficas, la facturación de la cadena joyera retrocedió un 1% en América y se mantuvo en Europa y Japón, mientras que creció un 5% en Asia Pacífico.
En el segundo trimestre del ejercicio, Tiffany obtuvo un beneficio neto de 115 millones de dólares (97,5 millones de euros), un 8,8% más que en los tres meses finalizados en julio de un año antes, mientas su cifra de negocio creció un 3%, hasta 959,7 millones de dólares (814 millones de euros).
A 31 de julio de 2017, la compañía estadounidense contaba con un total de 312 tiendas en todo el mundo, incluyendo 124 en América; 85 en Asia Pacífico; 54 en Japón; 44 en Europa y 5 en Emiratos Arabes Unidos. En concreto, Tiffany abrió tres nuevos establecimientos durante el semestre y cerró cuatro.
El consejero delegado interino de la firma, Michael J. Kowalski, dijo que el objetivo del grupo es continuar impulsando el crecimiento de las ventas enfocándose en la innovación de los diseños de sus joyas, un mayor compromiso con los clientes, así como con "impactantes" campañas de marketing.
Por último, mostró su satisfacción por la reciente designación de Alessandro Bogliolo como nuevo consejero delegado, y señaló que bajo su liderazgo se verá reforzado el "potencial" de su "extraordinaria" marca.
Bogliolo asumirá el cargo el próximo 2 de octubre, según informó la multinacional el pasado mes de julio. Tiene 52 años y es un veterano del sector tras haber trabajado durante 16 años en Bulgari, donde desempeñó los roles de director de operaciones y vicepresidente ejecutivo del negocio de joyería, relojes y accesorios.