Los máximos responsables de ambas compañías, Satoshi Tsukunawa y Steve Milligan, iniciaron hoy una ronda de encuentros en Tokio destinada a cerrar el acuerdo y que podría concluirse hacia finales de esta semana, señalaron fuentes empresariales a la agencia local Kyodo.
El pacto incluiría el abandono de los litigios iniciados por Western Digital contra Toshiba y permitiría la venta de la escindida rama de chips con la que la histórica empresa nipona confía en subsanar parte de sus problemas económicos.
Un consorcio empresarial que incluye a la propia Western Digital, el fondo de inversión estadounidense Kohlberg Kravis Roberts, el fondo japonés Innovation Network y el Banco de Desarrollo de Japón ha ofrecido 1,9 billones de yenes (14.800 millones de euros/17.400 millones de dólares) por Toshiba Memory, según Nikkei.
El fabricante de discos duros de EE.UU. contribuiría con capital sin inicialmente recibir derecho a voto, pero tendría planeado hacerse con menos del 20 % de la compañía una vez alcanzado una acuerdo que acabase con las revisiones antimonopolio a las que ha expuesto a la compañía japonesa.
El conglomerado nipón de electrónica e infraestructura optó por escindir su rama de chips de memoria, la segunda de mayor cuota de mercado a nivel global tras la surcoreana Samsung Electronics, con el objetivo de venderla e inyectar capital que compense las cuantiosas pérdidas que le han generado sus operaciones nucleares en EE.UU.
Western Digital, que participa en la planta japonesa donde Toshiba fabrica sus chips, ha bloqueado la venta de la unidad alegando que la participación de otra compañía en las instalaciones que administran conjuntamente podría afectar a su desempeño y causarle pérdidas.
Toshiba espera completar la transacción en el presente ejercicio fiscal -que finalizará en marzo de 2018- con el objetivo de borrar su patrimonio neto negativo y no ser retirada de la Bolsa, donde cotiza desde este mes en la segunda sección.