El director general de Globalia, Pedro Serrahima, ha dimitido al año de su incorporación al gigante español del turismo por las previsibles discrepancias con el modelo de gestión de Javier Hidalgo, consejero delegado del grupo y gran valedor de su fichaje.
Serrahima tomó la decisión antes del verano y ha acordado una salida amistosa con Hidalgo que no afectará a su amistad. Ambos empresarios tenían una opinión distinta sobre el rumbo que debía tomar el grupo y el creador de Pepephone asumió que su condición de recién llegado a la industria le convertía en la pieza prescindible.
Desde su llegada, Serrahima daba por hecho que su llegada a una gran empresa familliar con una estructura muy rígida podía suponer un problema para alguien acostumbrado a trabajar con unos principios muy firmes y, al mismo tiempo, con una enorme flexibilidad. Tenía como gran ventaja el hecho de que Globalia tiene una estructura extraordinariamente vertical y nada burocratizada, lo que facilita la toma de decisiones a gran velocidad.
Falta de alineamiento
Pero esto de nada le servía si no estaba completamente alineado con la familia Hidalgo. Incluso desde antes de su incorporación, el propio Serrahima reconocía que existían muchas posibilidades de que su tiempo en la compañía fuese corto, dado que su proyecto exigía una transformación radical y esperaba notables resistencias por parte de la organización.
Fuentes de la compañía lamentaron que la decisión ha sido especialmente dura para las bases del grupo, dado que Serrahima y su equipo habían puesto como base de crecimiento para los trabajadores una estricta meritocracia.
Una historia de éxito
La historia de Serrahima y Globalia no se remonta a su fichaje, en septiembre de 2016, sino que tiene raíces más profundas. Hidalgo fue el hombre que defendió contra viento y marea el proyecto de Pepephone, hasta el punto de llegar a comprársela a su padre, Juan José Hidalgo, por un puñado de millones de euros.
La operación le salió rentable cuando él y su socio, Rosauro Varo, se la vendieron a MásMóvil por cerca de 160 millones. Este éxito ayudó a que 'Pepe Aviones' recuperase la confianza en la capacidad directiva de su hijo y le nombrase consejero delegado de la compañía. De hecho, Hidalgo padre también fue uno de los grandes valedores de la llegada de Serrahima.
En su breve etapa al frente de Globalia, Serrahima apostó por simplificar la estructura directiva, reducir el número de mandos, confiar en las bases del grupo, eliminar los privilegios y las prebendas y potenciar la faceta tecnológica. Su objetivo pasaba, si era necesario, por renunciar a volumen de negocio y poner la rentabilidad como motor de cualquier transacción. Si era necesario, renunciando a grandes contratos con la administración y a prácticas habituales en el sector que creía que había que eliminar.
Acuerdo con Ryanair
Uno de los pocos hitos públicos fue el acuerdo para fusionar la plataforma de ventas de Air Europa para que la aerolínea pudiese vender billetes de largo radio en la web de Ryanair. Un proyecto que realizaron a toda velocidad y en el que se adelantaron a Norwegian, que trabajaba en algo similar.
Serrahima se llevó con él, desde Pepephone, a sus responsables de tecnología y transformación digital, a su responsable de atención al cliente y a otros cargos que pasaron a ocupar puestos en Globalia. Está por ver si le acompañarán a su nuevo proyecto cuando éste se concrete.