Las acciones de Carrefour caían un 14,26 % en la Bolsa de París a las 11.10 horas locales (09.10 GMT) cuando cotizaban a 16,72 euros, aunque media hora antes habían llegado a bajar hasta un mínimo de 16,66 euros.
La empresa indicó ayer que su beneficio en la primera mitad del año fue de 154 millones de euros, un 34 % menos que en el mismo periodo de 2016, y eso pese a que la facturación aumentó un 6,2 % (un 3,3 % a tipo de cambio constante) con 40.552 millones de euros.
El resultado operativo corriente del primer semestre disminuyó un 12,1 % y quedó en 706 millones de euros, sobre todo por el recorte del 36,1 % en Francia a 199 millones de euros y, en mucha menor medida del 3,7 % en el resto de Europa, a 149 millones de euros.
En los países emergentes, el resultado operativo corriente creció un 15,1 %, hasta los 306 millones de euros, y el grueso vino de Latinoamérica, con 293 millones, un 7,5 % más.
El nuevo presidente de Carrefour, Alexandre Bompard, anunció un plan de transformación" que se detallará antes de fin de año y del que ya avanzó varias pistas.
Bompard dijo que "Carrefour debe convertirse verdaderamente en (una empresa) omnicanal", "acelerar su transformación digital" pero también "reformar y adaptar" los hipermercados -bajo la presión del comercio electrónico en los productos no alimentarios-.
El directivo pretende además "simplificar la organización" para ganar agilidad, pero también "reforzar las sinergias entre los países, las entidades y los formatos".
El objetivo final es responder a las demandas del mercado y "aumentar la rentabilidad", el principal problema del grupo de distribución, como pusieron en evidencia las cuentas del primer semestre. E