Cuando el 15 de abril de 2015 Vodafone anunció el lanzamiento de la marca ‘One’ no había contado con una cosa: Endesa ya había registrado el año antes la marca ‘One, la primera tarifa de luz y gas 100% online’. Se desencadenaba así una batalla por ser el ‘One’.
En ambos casos los servicios de la eléctrica y el grupo de telecomunicaciones eran productos convergentes, que incorporaban varios servicios en uno, y en los dos casos optaban a la misma categoría de Niza, la 38, lo que significa que tenían como objetivo dedicar la marca a servicios parecidos.
Vodafone había presentado también una solicitud por la categoría 9, pero la más conflictiva, y la más necesaria para ella, era la 38, la que se asigna a “servicios de telecomunicaciones” y un largo etcétera. Daba igual, ambas le fueron denegadas por la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).
Los ingleses hicieron, a continuación, dos cosas. La primera, cuando se les notificó que no podrían usar 'One' a secas, en octubre de 2015 registraron otra marca, Vodafone One, que se ha convertido en la que utilizan para todas sus comunicaciones comerciales. También demandaron al regulador nacional de las marcas, un proceso en el que Endesa se presentó como parte interesada.
La sentencia más importante en este proceso se dictó recientemente, el pasado 17 de julio. En ella, la Sala de lo Contencioso-Administrativo, sección segunda, del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que no le ha permitido a Vodafone el registro clave, el de la categoría 38, la de servicios de telecomunicaciones. Pero analicemos los motivos de una y otra parte.
Similitudes
La OEPM había desestimado la solicitud de Vodafone al considerar que se apreciaba entre los signos “una evidente similitud gráfica, denominativa y conceptual, así como una manifiesta relación entre las áreas comerciales en las cuales despliegan sus efectos, lo que generaría riesgos de confusión en el consumidor”.Vodafone, en cambio, señalaba que había otras marcas denominadas ‘One’, que no había claras diferencias entre su origen empresarial y el de Endesa, y que existían grafías diferenciadas.
Lo cierto es que el operador rojo había presentado dos solicitudes con ‘One’ el mismo día, una más colorida y otra que iba acompañada de su logotipo.
En el juicio, Endesa se mostró a favor de la decisión de la OEPM, se opuso al recurso de Vodafone y afirmaba que el resto de marcas ‘One’ son irrelevantes y coincidía en que existía un riesgo de “confusión y asociación”.
El resultado
La ponencia de José Ramón Chulvi Montaner sólo da la razón a Vodafone en un apartado, y es el derecho a registrar la marca en la categoría 9, que no es la más conveniente para Vodafone. Entre otros productos, sirve para “aparatos e instrumentos científicos, náuticos, geodésicos, fotográficos, cinematográficos, ópticos, de pesaje, de medición, de señalización, de control (inspección), de salvamento y de enseñanza”, si bien también incorpora los “programas informáticos” y los "ordenadores". ¿Para qué la quería Vodafone? Es perfecta para teléfonos inteligentes.
Fuentes de Vodafone confirmaron que el pleito no ha sido dramático para su actividad comercial, y que han sustituido ‘One’ por ‘Vodafone One’ en todas sus comunicaciones sin perjuicio. Pero mientras Movistar puede utilizar 'Fusión' y Orange, 'Love', la británica está obligada a alargar la marca.
¿Paradojas de la vida? El año pasado, Ibercaja pidió la marca One para sus tarjetas de crédito para jóvenes de entre 14 y 25 años y pidió la categoría 36, referida a servicios bancarios. La One de Endesa también estaba registrada bajo la misma categoría. Tras una leve modificación, Ibercaja logró la concesión.