De esta forma, la FBE apunta a que el número total de sucursales existentes en la UE se había reducido a 189.000 al cierre de 2016, lo que implica un descenso del 4,6% frente a 2015. Respecto al número de empleados, señala que alrededor de 2,8 millones de personas trabajaban en la banca en 2016, el nivel más bajo desde 1997.
Los bancos europeos aceleraron el cierre de sucursales el año pasado, si bien, desde 2008 se han reducido en más de una quinta parte, con un total de 48.000 sucursales menos que al inicio de la crisis financiera.
Con esto, las entidades financieras buscan ahorrar costes en un contexto de tipos de interés en mínimos históricos y que reducen su rentabilidad, aprovechando además el impulso de la banca digital y los pagos electrónicos entre los clientes.
Además del cierre de sucursales y el despido de empleados, los bancos han introducido costes adicionales por el uso de servicios básicos o han buscado otras alternativos como las fusiones entre entidades para mejorar su negocio. En 2016, existían un total de 6.596 millones de prestamistas, un 6% menos que un año antes.