La potencia 'verde' que lograron Endesa y Gas Natural en las dos subastas que ha celebrado el Gobierno este año servirá para dar un impulso a su estrategia de ampliar su generación libre de emisiones y, según la agencia de calificación Moody's, ambas firmas están preparadas para capear los riesgos que supone un escenario de mayor volatilidad en los precios de la energía.
Las dos subastas de nueva potencia renovable celebradas en España este año, la primera en mayo y la segunda en julio, responden al esfuerzo del Gobierno para impulsar la descarbonización del sistema eléctrico y, según Moody’s, servirán para elevarán en un 29% la capacidad eólica y solar del país, hasta 35 gigavatios (GW) para finales de 2019. Como resultado, España se acercará a la meta que marcan los objetivos europeos de 2020: que al menos un 20% de la energía final que se consume provenga de fuentes renovables.
Las grandes empresas del sector se adjudicaron casi un cuarto de la nueva capacidad subastada, lo que les otorga espacio para “apuntalar su estrategia de crecer en la generación libre de emisiones”, señala la agencia estadounidense en un informe publicado este jueves. Entre ambas subastas, Endesa logró 879 megavatios de potencia eólica y fotovoltaica a través de su filial Enel Green Power España. Gas Natural, por su parte, obtuvo 919 MW. “Esta (nueva capacidad) impulsará el relativamente bajo porcentaje de renovables en su mix de generación, algo positivo que servirá para recortar la proporción de generación de origen térmico, algo que está en línea con sus estrategias”.
Endesa tiene actualmente 1,7 GW de potencia renovable instalada. Cuando eléctrica que preside Borja Prado tenga en marcha los megavatios que corresponden a las dos últimas subastas, su capacidad renovable se incrementará en un 50%, con lo que la energía ‘verde’ pasará a representar un 4% de su parque instalado.
En el caso de Gas Natural, la nueva potencia obtenida incrementará su capacidad renovable en un 94%, a 1,94 GW. Con los nuevos proyectos, además, ambas compañías podrán reemplazar la producción a partir de carbón nacional, algo positivo especialmente para Endesa que espera cerrar sus plantas a finales de esta década.
Los puntos positivos
Moody’s considera “positivo” para ambas compañías la nueva capacidad obtenida pese a que las subastas se saldaron sin primas para los promotores y las empresas sólo recibirán la retribución del mercado, aunque el decreto que reguló la puja garantiza una rentabilidad mínima en caso de una caída acusada de los precios. “Los ingresos serán más volátiles, pero bajo nuestro punto de vista ambas empresas tienen la escala y la experiencia para gestionar y compensar un escenario de ingresos menos predecible”, señala la agencia de calificación.
Además, los proyectos para poner en marcha esta nueva capacidad servirán para alinear el mix de generación de ambas compañías “con el promedio del mercado en la península, donde la energía eólica y fotovoltaica aportan un 21,5% de la energía producida”, según datos de 2016. “Servirá para reducir el riesgo que deriva de su sobreexposición a tecnologías que serán desplazadas por los avances futuros”, considera la agencia.
Los puntos negativos
La nueva capacidad renovable, sin embargo, “añadirá presión negativa en el largo plazo sobre el promedio del precio de la energía en la península a partir de 2020”, señala la agencia en su informe. Esto se debe, según Moody’s, a que la energía ‘verde’ puede generarse a un coste variable muy bajo “que desplazará la generación convencional”. La generación térmica, más cara, se utilizará “con menos frecuencia, reduciendo factores de carga y lastrando el precio promedio de producción”.
Si los precios llegan a caer, el golpe lo asumirán las eléctricas con elevados costes fijos de generación. Es el caso de Endesa e Iberdrola, que generaron 33,1 TW de energía hidroeléctrica y nuclear y 42,7 TW, respectivamente, en 2016.
En general, según la agencia estadounidense, las empresas de servicios que tuvieron éxito en las subastas “se beneficiarán del incremento de la generación con menos carbón, aunque la inyección al sistema de más energía renovable tendrá probablemente un efecto negativo en el precio general de la electricidad e incrementará la volatilidad”.
Sin embargo, Moody’s ve posible que no se lleguen a construir los 8.000 MW de potencia adjudicada debido a que entre las empresa ganadoras hay algunas con menos experiencia que podrían tener dificultades “para entregar a tiempo elevados volúmenes de capacidad”. La agencia considera, además, que la sanción de 60.000 euros que se pagará si no se entregan los proyectos a tiempo no es “excesivamente alta”.
Por último, respecto al efecto de esta nueva capacidad ‘verde’ sobre el sistema eléctrico nacional, Moody's cree que dado que la subasta se cerró con los máximos descuentos se ahorrarán 330 millones de euros en ayudas para los 8.000 MW adjudicados, algo que no sólo mejora la sostenibilidad del sistema, sino que reduce el riesgo de cambios retroactivos en el marco regulatorio de las renovables, como el que se produjo en 2013.