"Toshiba lamenta que Western Digital exagere de manera persistente sus limitados derechos de consentimiento", dijo la compañía en un comunicado, en el que le recordó a la estadounidense que no tiene potestad para impedir la venta.

Las palabras del conglomerado nipón de electrónica e infraestructura llegan en respuesta a un comentario publicado en la víspera por Western Digital, en el que decía que la japonesa le tenía que tener en cuenta a la hora de entablar negociaciones con otras empresas.

Toshiba lleva meses negociando la venta de su escindida rama de chips, Toshiba Memory -la segunda de mayor cuota de mercado mundial tras la surcoreana Samsung Electric-, con varios consorcios de empresas, entre ellos uno liderado por Western Digital, pero el miércoles anunció que está priorizando la oferta de otro grupo.

Entre las empresas incluidas en éste se encuentran la firma de inversión estadounidense Bain Capital y el fabricante de chips surcoreanos SK hyinx, con los que querría alcanzar un acuerdo definitivo a finales de septiembre, una decisión que cayó como un jarro de agua fría a la estadounidense Western Digital.

La empresa ha dificultado la venta a terceros de la rama de chips alegando que la participación de otra compañía en las instalaciones podría afectar a su resultado y causarle pérdidas, una desavenencia que han llevado a los tribunales.

Toshiba optó por la escisión de su rentable negocio de chips como una vía para ingresar capital y compensar las cuantiosas pérdidas y patrimonio negativo resultantes del mal funcionamiento de sus operaciones nucleares en Estados Unidos.

"Toshiba espera y está totalmente comprometida a completar la venta de TMC (Toshiba Memory Corporation) para marzo de 2018", insistió en el comunicado la compañía, que de no cerrar la operación entonces corre el riesgo de ser retirada de la Bolsa de Tokio.