La Unión Europea ha perdido hasta 5.400 millones de impuestos que deberían haber pagado Google y Facebook entre 2013 y 2015. En España, la mengua de ingresos ascendería a 482 millones durante el mismo periodo, según un informe de la Eurocámara. "No deberíamos aceptar que estas compañías hagan negocios en Europa pagando cantidades mínimas de impuestos a nuestros Tesoros. Está en juego la eficiencia económica y también la justifica fiscal y la soberanía", han denunciado Alemania, Francia, Italia y España en una carta conjunta dirigida a sus socios comunitarios.
La fiscalidad de los gigantes de internet de Estados Unidos es el principal punto del orden del día del Ecofin informal que se celebra este sábado en Tallinn. Además, figura en el orden del día de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno sobre la economía digital convocada para el 29 de septiembre también en Estonia. Los líderes europeos quieren poner coto a las prácticas de ingeniería fiscal que utilizan estas compañías.
Las plataformas digitales norteamericanas operan como una sola unidad en el mercado interior de la UE, pero se enfrentan a un mosaico de jurisdicciones tributarias que compiten por sus beneficios. "Eso les permite minimizar su factura fiscal total en la UE desviando todos sus ingresos a Estados miembros con impuestos bajos, como Irlanda y Luxemburgo", asegura el informe del Parlamento, elaborado por el eurodiputado holandés Paul Tang, ponente para la reforma del impuesto de sociedades.
El resultado es que los impuestos que paga Alphabet, la matriz de Google, en la UE ascienden sólo a entre el 0,36% y el 0,82% de su facturación. En cambio, fuera de Europa, la compañía abona entre el 6% y el 9%. La desproporción es mucho mayor en el caso de Facebook: en la UE apenas paga en impuestos entre el 0,03% y el 0,1% de su volumen de negocios, mientras que en otras jurisdicciones su factura oscila entre el 28% y el 34%.
Dado que la reforma del impuesto de sociedades en la UE lleva años estancada, Alemania, Francia, Italia y España proponen una solución temporal que pueda ponerse en marcha de forma urgente. Se trata de crear una nueva "tasa de igualación" que se aplicaría sólo a los gigantes de internet y que gravaría el volumen de facturación en lugar de los beneficios. "Las cantidades recaudadas tendrían que reflejar lo que estas compañías deberían estar pagando en concepto de impuesto de sociedades", escriben las cuatro potencias en su carta conjunta.
Solución urgente
"Es una solución a corto plazo ante la necesidad de una reacción a corto plazo", ha dicho este viernes el ministro de Economía, Luis de Guidos, uno de los firmantes de la misiva. "Es una especie de impuesto sobre el volumen de facturación" que se aplicaría a compañías que en la actualidad "no pagan el impuesto en ningún sitio". "Eso es lo que de algún modo tenemos que evitar", sostiene Guindos. "A futuro, la solución tiene que ir por el impuesto de sociedades", admite.
El plan de los cuatro países ha sido recibido de forma tibia por la Comisión Europea, que es la responsable de elaborar cualquier proyecto de ley. El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, ha anunciado que en las próximas semanas presentará sus propias ideas. Bruselas elaborará "un documento con todas las opciones disponibles" para aumentar la factura tributaria de las plataformas digitales antes de la cumbre del 29 de septiembre, ha dicho. Para el Ejecutivo comunitario, la prioridad es evitar iniciativas nacionales contradictorias.
Los propios promotores de esta nueva tasa son conscientes de las dificultades de que salga adelante. Para empezar, deberán encontrar una definición común para calcular el volumen de facturación en Europa de los gigantes de internet y una clave de reparto de los ingresos obtenidos entre los países miembros. Puesto que la base del nuevo impuesto es tan amplia, el tipo impositivo sería bajo, aunque tampoco se ha determinado. Y no hay cálculos de los ingresos adicionales que se obtendrían.
Además, la iniciativa choca con la resistencia de países como Irlanda o los del Benelux, cuyo modelo económico se basa en ofrecer tratos fiscales ventajosos para atraer a multinacionales. Todas las decisiones en materia de impuestos están sujetas a la exigencia de unanimidad de los 28 países miembros. Bruselas ya obligó el año pasado a Irlanda a recuperar de Apple 13.000 millones de euros en impuestos atrasados. El Gobierno de Dublín ha recurrido la decisión ante el Tribunal de Justicia de la UE.
Pese a las dudas sobre la solución propuesta por Alemania, Francia, Italia y España, la mayoría de países de la UE está de acuerdo en que las plataformas digitales no pagan bastantes impuestos. "Debe subrayarse que la escala de esta distorsión del mercado está creciendo rápidamente ya que se espera que la cuota de la economía digital dentro de la economía mundial crezca exponencialmente", avisa el informe elaborado por la presidencia estonia de la UE para el Ecofin.
"Esta tendencia de crecimiento ya es claramente visible si echamos un vistazo a las compañías con mayor valor de mercado en el mundo. Hace diez años eran ExxonMobil, General Electric, Microsoft, Citigroup, AT&T y Bank of America y ahora son Apple, Alphabet, Microsoft, Amazon, Berkshire Hathaway y Facebook", resalta el documento.
"Ya no se puede sostener que las deficiencias en las reglas tributarias internacionales constituyen una brecha menor que afecta a un número limitado de compañías. Estas deficiencias se han convertido involuntariamente en una ventaja competitiva desigual para las empresas que tienen más éxito y que crecen más rápido", afirma la presidencia estonia. El problema para los 28 es ahora superar sus diferencias y encontrar una solución de consenso urgente para hacer frente a este desafío.