Ryanair dijo que las cancelaciones tenían como objetivo mejorar la puntualidad de la aerolínea, que habría caído por debajo del 80% de los viajes en las dos primeras semanas de septiembre, con un número de vuelos retrasados "inaceptable" para los clientes según la aerolínea.

La empresa irlandesa dijo que su tasa de puntualidad se había visto afectada en las últimas semanas por huelgas de controladores de tráfico aéreo y problemas meteorológicos. Además indicó que se estaba enfrentando a una acumulación de permisos no disfrutados aún por los empleados, que tendrán que concederse antes de que acabe el año.

Si la aerolínea cancela 40 vuelos por día durante seis semanas, aproximadamente 285.000 pasajes se verán afectados, tomando como base un coeficiente de ocupación -una tasa que mide lo llenos que van los aviones- del 90 por ciento.