Sin prisa, pero sin pausa. Así se prepara la oferta pública de adquisición (OPA) que ACS estudia sobre Abertis. Una propuesta que debe contentar a los inversores de la compañía de infraestructuras, y que forzosamente tiene que superar a la que ya ha lanzado el grupo italiano Atlantia, valorada en algo más de 16.300 millones de euros.
En la multinacional tienen claro que los directivos de Abertis llevan tiempo negociando con los italianos, y que el roce hace el cariño, pero están convencidos de que su oferta hablará por sí misma.
Los rumores sobre la forma en la que se puede estructurar son muchos, pero lo que parece despejarse es el calendario. Según ha podido conocer EL ESPAÑOL, si nada se tuerce la OPA de ACS se presentará a mediados del mes de octubre.
Será entonces cuando el equipo que lidera su CEO, Marcelino Fernández Verdes, esté en condiciones de presentar todos los detalles. En estos momentos los esfuerzos se centran en analizar la operación, y definir qué fondos de inversión estarán involucrados en la propuesta.
De hecho, el propio Fernández Verdes ha viajado estos días a Londres para reunirse con representantes de distintas firmas. También, según aseguran fuentes cercanas a la operación, estaría cerrado el apoyo de un fondo de origen chino. Un mercado que para ACS ya es conocido. Hace un año el grupo vendió a una compañía liderada por el fondo Ying Zhan Investment su filial de servicios, Urbaser.
El papel de Hochtief
Esto refuerza el escenario de que ACS se está planteando utilizar Hochtief (de la que la española tiene el 72%) como parte esencial para que la operación se lleve a cabo.
El mercado especula con la posibilidad -planteada por el propio Fernández Verdes en la última presentación de resultados- de que la filial alemana sea quien lidere la OPA sobre Abertis.
Lo haría, por tanto, través de un vehículo especial de inversión que permita la entrada de distintos fondos que ayuden a financiar la oferta sobre Abertis.
Un escenario que han estudiado distintas casas de análisis, y que sería -a su juicio- la mejor opción. La estructura y el balance de Hochtief le permiten elevar su endeudamiento sin temor a perder el rating BBB (grado de inversión) otorgado por Standard and Poor’s en mayo.
De este modo, ACS tendría el control de la inversión y, al mismo tiempo, evitaría poner en riesgo el rating crediticio de la propia constructora. Es lo que ocurriría si se lanzara directamente a por Abertis. Se vería obligada a recurrir al endeudamiento, lo que haría que la deuda volviera a desbocarse, tras haber conseguido reducirla a 1.654 millones al cierre del primer semestre del año.
Un escenario que no parece se vaya a repetir, a tenor del esfuerzo que viene desempeñando el equipo directivo de ACS para volver a tener reconocimiento de grado de inversión.
Consejo en Alemania
Este miércoles se ha reunido el consejo de Hochtief en Alemania, y se especulaba con la posibilidad de que se analizara la operación. Fuentes de la compañía aseguran a EL ESPAÑOL que no se ha tratado nada. Tan sólo las cuentas del tercer trimestre y diversos asuntos internos.
Unos rumores que no han acompañado al valor. En el caso de ACS los títulos han cerrado con una caída del 3,8% hasta los 30,97 euros; mientras que los de Hochtief han cedido un 7% hasta los 136,55.
Sin embargo, la tranquilidad es máxima. Desde la compañía recuerdan que existe interés pero que no se van a precipitar. Tiempo tienen, dado que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) todavía no ha dado su conformidad al folleto de la OPA de Atlantia sobre Abertis. No hay un plazo cerrado para que se pronuncie, pero todo indica a que será en los próximos días, sobre todo porque el folleto inicial se presentó antes del verano.
Una vez que se apruebe y sea presentado, comenzará el plazo de aceptación, que estará en una horquilla de entre 20 y 70 días. Es decir, que no estará resuelta antes de que termine el año. Será entonces cuando los accionistas de Abertis (liderados por Criteria, Capital Group, Lazard y BlackRock) tendrán que dar su opinión y decidir si la aceptan o no.
Una operación que, en el momento en el que ACS lanzara su oferta, quedaría paralizada para que -una vez obtenido el visto bueno de la CNMV- pudieran coincidir en el tiempo, tal y como refleja la Ley.