Groupalia y sus antiguos trabajadores tendrán que volver a verse la cara en los próximos meses. ¿Cuándo? Por ahora resulta un misterio saberlo, dado que el juez ha decidido aplazar sin fecha la vista que debía haberse celebrado el pasado día 19. Una cita en la que debía dirimirse cuál iba a ser el futuro de unos empleados que fueron despedidos en mayo, con varias nóminas de retraso.
Según explican fuentes cercanas al caso a EL ESPAÑOL, Groupalia no ha presentado toda la documentación solicitada por el juez. Entre esos papeles se encuentra informes relativos a pagos de Seguridad Social, y otros informes que debían ser aportados por la compañía que lidera Antonio Alcántara y que habían sido solicitados como pruebas.
Se trata del tercer aplazamiento del juicio, después de que en las dos ocasiones anteriores la compañía forzara la búsqueda de una nueva cita. En aquellas el método consistió en hacer que Alcántara se ausentase de la sesión por “motivos de salud”, lo que le permitió ganar varios días. Ahora, el magistrado, ha optado por esperar a tener toda la documentación antes de convocar de nuevo a las partes.
El litigio con los trabajadores
Han pasado ya cuatro meses desde que Groupalia decidiera echar el cierre despidiendo a todos sus trabajadores. En aquel entonces se les explicaba, mediante burofax, que las ventas habían caído un 42% respecto al mismo período del año anterior. Sin embargo, las cuentas de ese año todavía no se han presentado ante el Registro Mercantil, por lo que no resulta posible comprobar los datos.
El temor de los trabajadores y de sus acreedores es que se esté organizando todo para presentar la suspensión de pagos. De hecho, el negocio de Groupalia se canaliza ahora a través del resto de portales del grupo: Offerum, LetsBonus y Nice&Crazy.
Pero los trabajadores no son los únicos que tienen problemas. También sus proveedores denuncian impagos por parte de la empresa. No sólo desde Groupalia, también desde plataformas como LetsBonus. De hecho, muchos de ellos preparan una demanda colectiva contra Antonio Alcántara por no abonar sus facturas.
Un fraude que podría superar los cientos de miles de euros. Se trata, sobre todo, de pequeños comercios locales que empleaban los servicios de Groupalia para promocionarse y atraer nueva clientela a sus negocios. Servicios que, en muchos casos, se han ofrecido pero no se han cobrado. Y por ahora, parece que no van a poder hacerlo.
De hecho, hay varias plataformas de abogados que se han organizado para intentar reunir el número suficiente de afectados para intentar abrir una causa común en la Audiencia Nacional. Los letrados aseguran a EL ESPAÑOL que será algo complejo, dado que muchas de las cantidades adeudas a los comercios son muy pequeñas en algunos casos. No llegan, muchas veces, a los mil euros.
Un poco de historia
La compra de Groupalia por parte de Antonio Alcántara se produjo en febrero de 2016, junto al portal Offerum. Una adquisición que realizó a través de su compañía, Ofertix, con la que buscaba convertirse en el principal actor del mercado de cupones de descuento en nuestro país.
De este modo, confiaba en poder hacer la competencia a Groupon. Una compra que se cerró en ocho millones de euros que abonó a Merchant Digital.