La participación de Esther Koplowitz y sus hijas en FCC está seriamente amenazada. A través de las sociedades Dominum Dirección y Gestión (DDG) y Nueva Samede 2016, siguen figurando en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como tenedoras del 19,964% del capital de FCC, con casi 76 millones de acciones bajo su control. E incluso una de sus hijas, Esther Alcocer, mantiene la presidencia no ejecutiva del grupo desde enero de 2013.
Pero, de no cambiar radicalmente la situación bursátil del grupo constructor, en abril de 2020 la impronta de las Koplowitz en la constructora pasará a la historia. En esa fecha vence el préstamo de 840 millones de euros refinanciado por BBVA y Bankia en abril de 2015, y que está garantizado con los títulos de las Koplowitz en el grupo constructor.
Recaída de la cotización
Cuando se firmó aquella refinanciación de la deuda, los títulos de FCC cotizaban a 11,17 euros. Ahora, tras una subida continuada que le llevó a rozar los 10 euros a finales de junio, ha vuelto a adentrarse en una senda descendente que ha instalado el valor en el entorno de los 8,5 euros. Este martes cerraba por debajo de 8,4 euros.
A este precio, los casi 76 millones de acciones -todas en prenda- de Esther Koplowitz y sus hijas capitalizan hoy por 634 millones de euros. Dan para poco. Solo cubriría el 67% de lo que debe Dominum a BBVA y Bankia, y también al magnate mexicano Carlos Slim. Quedarían, por tanto, unos 300 millones a amortizar por otras vías distintas a los títulos de FCC.
El lastre de una deuda de hace 20 años
La deuda personal de Esther Koplowitz, ligada a las acciones en la constructora, viene de largo. Se remonta a hace casi 20 años, cuando, tras la decisión de su hermana Alicia de desligarse de la empresa que su padre les había legado, la mayor de las Koplowitz se endeudaba en 871 millones de euros para comprar la participación de su hermana, en lo que supuso la mayor deuda contraída por una persona física en España hasta entonces.
A partir de aquí, la mayor de las Koplowitz mantuvo el tipo sin mayores problemas. Cobraba entre 40 y 50 millones de euros de dividendo cada año y abonaba puntualmente los intereses de su deuda. Pero en 2013 todo se vino abajo. El dividendo quedó suspendido por los malos resultados provocados por la crisis económica y los bancos empezaron a pedir cuentas.
Carlos Slim al rescate y a sacar tajada
La insostenible situación provocó que, a finales de 2014, la empresaria, que llegó a ostentar el 57% de FCC, acudiera en busca de ayuda externa para salvar el tipo. La encontró en Carlos Slim, el empresario azteca que, mediante ampliaciones y opas, se hacía, en cuestión de meses, con el 61% del capital de la constructora. Y, de no cambiar la situación, también se quedará con ese casi 20% de los derechos de voto que ostentan las Koplowitz.
En este caso, este porcentaje representa la prenda que Carlos Slim puso sobre la mesa, en febrero de 2016, como garantía del préstamo de 160 millones que el empresario azteca otorgó a Esther Koplowitz para que esta no se diluyera más y mantuviera el 22,4% en FCC en la ampliación de capital llevada a cabo en ese momento.
Koplowitz firmó el principio del fin el 5 de febrero de 2016
En aquella novación firmada entre Slim y Koplowitz, BBVA y Bankia actuaron como terceros en discordia, en virtud de su condición de acreedores pignoraticios de la refinanciación de la deuda de la empresaria que se había firmado un año antes, en abril de 2015. Y aceptaron sin rechistar dicha novación. Si, como es previsible, Esther Koplowitz no puede afrontar el pago de la deuda, será el propio empresario mexicano el que, en abril de 2020, devuelva a los bancos esos 840 millones de euros.
A partir de aquí, lo único que puede hacer variar -aunque sea mínimamente- la actual situación de esta operación a tres bandas pasa por dos cuestiones, que la cotización de FCC se dispare y que los accionistas de la entidad puedan recuperar el dividendo a partir de 2018.
Cotización y recuperación del dividendo
Para que los 76 millones de acciones pignoradas de las Koplowitz valgan los 940 millones que adeudan a los bancos y a Slim, deberían cotizar a 12,4 euros, incrementándose un 46% sobre el precio actual.
Más fácil será que los accionistas de la constructora vuelvan a ser retribuidos. Con la deuda reducida a 3.900 millones, se cumple la condición de que la ratio ebitda/deuda baje de 4 veces, y sólo faltará que se obtengan beneficios al finalizar el ejercicio 2017. Los 56,5 millones ganados hasta junio apuntan en esa dirección.