Gortázar, que ha hecho esta consideración durante su intervención en un encuentro financiero organizado por el diario Expansión, ha añadido que Caixabank "ya ha hecho los deberes" en cuanto a las fusiones, y ahora están satisfechos con el tamaño que tienen y con las oportunidades de crecimiento orgánico que se les presentan.
En cualquier caso, asume que aún hay lugar para más uniones aunque ellos, antes de decidir si se embarcan en otra operación tendrán que terminar de integrar la entidad portuguesa, que fue la primera compra transfronteriza de una entidad de ese tamaño que hacían.
Gortázar recordó que cuando anunciaron la operación, en 2015, las circunstancias económicas de Portugal eran mucho peores, pero han mejorado mucho antes de lo que ellos mismos esperaban, pues, por ejemplo, la economía está creciendo al 3 %, cuando hace sólo un año lo hacía al 1 %.
También reconoció que al principio hubo cierta inquietud entre empleados y clientes sobre el futuro de la entidad, pero el tiempo les ha dado la razón y ven que han comprado un banco "en un país que va a más".
Ahora, quieren aportar su experiencia y lograr los objetivos de obtener en tres años unas sinergias de 120 millones de euros.
En cuanto a los costes de reestructuración, recordó que ya han alcanzado un acuerdo por el que en un año saldrán de la entidad unas 600 personas, lo que les facilitará el objetivo de lograr las citadas sinergias, así como estabilizar el equipo para que tenga la máxima motivación en este proyecto.
"No podemos cantar victoria pero la sensación que tenemos es muy positiva", pues en seis meses BPI les ha aportado unos 77 millones al resultado.
En cuanto al liderazgo del Santander por tamaño de balance tras la compra del Banco Popular, un puesto del que desplazó a Caixabank, aseguró que esta adquisición "refuerza al sector " y dijo que siguen siendo líderes en clientes y en ahorro a largo plazo tienen una cuota de entre el 22 % y el 24 %.
"No se trata de ser más grandes, sino de ser los que dan mejor servicio a los clientes".
Sobre el déficit de confianza en la banca por parte del usuario, Gortázar reconoció que la reputación de las entidades no está al nivel que debe y hay que hacer análisis de conciencia.
"Algunas entidades han hecho perder dinero a sus clientes y accionistas, pero esa ola ha pasado" y las que quedan no tienen ese problema", dijo.
La nueva ley hipotecaria puede ser buena y corregir algunos aspectos de la actual que no han funcionado, entre ellos las cláusulas suelo, y los desahucios, que se han percibido como faltas de sensibilidad, pero eso también ha terminado.