Banqueros_Viejos

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¿Son demasiado mayores los grandes banqueros españoles?

Los primeros directivos de los bancos cotizados españoles podrían llevar, en muchos casos, varios años retirados. Su media de edad supera ligeramente los 63 años, a dos de la que por ahora rige para el retiro. El más mayor, el presidente de Liberbank. El más joven, el consejero delegado de CaixaBank.

5 octubre, 2017 16:03

La cúpula de los bancos cotizados españoles está al filo de la edad marcada para la jubilación. En algunos casos, los directivos podrían llevar varios años retirados, con lo que la media se sitúa ligeramente por encima de los 63 años, superando por cuatro la marca de los gigantes del sector en EEUU.

El banquero de más edad es el presidente de Liberbank, Pedro Manuel Rivero, que cuenta con 79 años. El segundo en la cúpula, el consejero delegado Manuel Menéndez, tiene 58 años. Las siete décadas las superan también los primeros espadas de Unicaja y BBVA, con 70 y 73 años, respectivamente. Un único presidente se queda por debajo de los 60, Ana Botín, del Santander. Empata en 57 con su consejero delegado, José Antonio Álvarez.

La mayor juventud la aporta al grupo Carlos Torres, consejero delegado de BBVA, con 51 años. Con uno más, empatan sus homólogos en Unicaja, Enrique Sánchez del Villar, y CaixaBank, Gonzalo Gortázar.

En cualquier caso, se quedan por encima de los más jóvenes de la banca estadounidense. Los primeros ejecutivos de dos de las 50 mayores entidades del país por volumen de activos no alcanzan las cinco décadas. Se trata de los responsables de Ally Financial y SVB Financial Group. Tal y como se aprecia en la tabla inferior, solo dos ejecutivos del sector en la primera economía del mundo superan los 70. Uno justo, el de New York Community Bancorp, y otro con amplia holgura. Se trata de Robert G. Wilmers, que con 82 años sigue capitaneando el timón de M&T Bank.

El sector financiero es uno de los que habitualmente proporcionan carreras más largas a sus directivos. En el caso español, el proceso de concentración todavía en curso ha resultado en la jubilación de algunos de los directivos con trayectorias más dilatadas. También el relevo en el Santander a consecuencia del fallecimiento repentino de Emilio Botín reabrió el debate sobre la conveniencia de tener preparado convenientemente planes de relevo, como fue el caso, especialmente cuando se trata de cargos ejecutivos y no de mera presidencia de consejo.