"Seguimos apostando por Cataluña, pero qué duda cabe que nuestro peso en una Cataluña con incertidumbre será menor", ha asegurado el consejo delegado de la promotora inmobiliaria, Juan Velayos, que salió a Bolsa el pasado mes de marzo.
En este sentido, el primer ejecutivo de la firma, controlada por el fondo estadounidense Lone Star y con sede en Bilbao, ha reconocido que se sentiría más cómodo si Madrid representara un 35% de su negocio total y Cataluña, un 15%.
En la actualidad, Cataluña representa un 20% del negocio de Neinor, mientras que Madrid supone un 30%. El resto del mercado español donde opera (Andalucía, Comunidad Valenciana y País Vasco) supone el 50% restante.
NO BUENOS DATOS DE VENTA DE PISOS ESTA SEMANA
Velayos asegura que la empresa sigue vendiendo pisos en Cataluña, pero ha precisado que los datos de esta semana no son buenos, porque en un entorno de inseguridad jurídica la gente se vuelve más prudente en sus inversiones.
Esta misma línea, el consejero delegado de la promotora inmobiliaria ha justificado que diversas empresas hayan trasladado su sede de Cataluña a otras ciudades del resto de España por la incertidumbre y la inseguridad jurídica que se da actualmente en la comunidad catalana.
"Los gestores se deben a sus accionistas, empleados y clientes. La certidumbre y la seguridad jurídica son dos reglas del partido fundamentales, así que entiendo las decisiones perfectamente", aseguró Velayos.
El primer ejecutivo de la inmobiliaria se refería a empresas como Oryzon Genomics, Proclinic Expert, Eurona, Dogi y al Banco Sabadell, que en los últimos días decidieron trasladar su domicilio social fuera de Cataluña después del referéndum del 1-O y ante una eventual declaración unilateral de independencia por parte del Govern de Carles Puigdemont.
"Me cuesta muchísimo entender las bondades del día después (de la independencia)", ha dicho Velayos, que ha indicado que es difícil negociar cuando una parte no ha gestionado bien la situación y para la otra vale todo.
Por ello, ha pedido pasar ya a la solución del conflicto, tanto a corto como a largo plazo, para poder reconstruir la convivencia social y mantener también a los inversores.