Un año 2016 con el negocio disparado. La filial con la que Cabify controla licencias VTC quintuplicó los ingresos durante el ejercicio hasta superar la barrera de los 11 millones de euros. La sociedad, creada en 2015 -justo antes del decreto ‘in extremis’ del Gobierno-, vendió 27 compañías que controlaban 140 licencias. El pasado mes de junio creó otras 8 más.
Cabify opera con tres sociedades filiales en España (su matriz está en Estados Unidos). Una de ellas es Maxi Mobility Transporte de Viajeros SL -denominación que este mismo lunes fue cambiada a Vector Ronda Teleport SL-. Esa compañía tiene registradas 257 licencias y es la dueña de numerosas sociedades vinculadas a más permisos que son transmitidas a otros particulares y empresas.
Ingresos disparados
El año 2016 fue el de la explosión del negocio de Cabify en España. No sólo en su compañía principal, Maxi Mobility SLU, con la que gestiona todos los viajes completados en el mercado español. También en su filial de licencias. Ésta pasó de unos ingresos de 2,3 a 11,1 millones de euros, según refleja en su cuenta de resultado recién presentada en el Registro Mercantil.
¿De dónde proceden esos ingresos? En la memoria no hace mención al origen de esa facturación. Uno de los cometidos de esta filial es la gestión de licencias VTC, pero en ningún momento hace mención a que esos 11 millones procedan de la venta de autorizaciones. Preguntada por EL ESPAÑOL, la compañía no hace ningún comentario extra más allá de lo reflejado en las cuentas.
27 sociedades vendidas… y más de 140 licencias
En concreto, la sociedad filial vendió durante el ejercicio al menos 27 sociedades, según la información recabada por este medio. Todas ellas tenían vinculadas, de acuerdo al registro oficial del Ministerio de Fomento, 143 licencias de VTC.
El funcionamiento fue similar: todas estas sociedades fueron creadas entre septiembre y octubre de 2015 bajo nombres de origen turco en su inmensa mayoría. En un primer momento Maxi Mobility Spain SLU, la principal filial de la compañía, era la dueña. Meses después fueron transferidas a diferentes administradores por un precio que se desconoce.
Destaca uno de esos administradores: Marc Sarnito. Es consejero delegado y cofundador de Cab Car Madrid, “empresa dedicada a la gestión de flotas de servicios privados con licencia VTC a nivel nacional”, tal y como reza en su perfil de la red social Linkedin. De las 27 sociedades, 17 fueron a parar a sus manos (ya sea como administrador único o compartiendo cargo con otros). En todas ellas, excepto en dos, acabó vendiéndolas a terceras personas. Entre estos últimos destinatarios se encuentra Eduardo Martín Gómez de Villalba, director de relaciones institucionales de Unauto VTC, patronal del sector, que recibió una sociedad con dos licencias en enero de 2016.
Inversores ‘tradicionales’ aterrizan en el negocio
Uno de los casos más llamativos de estas sociedades transferidas es el de Yirmi UC Fiesta Onmibus SL. Fue creada por la filial de Cabify en septiembre de 2015. Hoy cuenta, según Fomento, con 75 licencias en su haber. Seis meses después de su constitución, en abril de 2016, Rafael García-Tapia se convirtió en administrador único de la sociedad. García-Tapia es hoy director del fondo de inversión Corpfin Capital Real Estate Partners.
El movimiento más llamativo de esta sociedad tuvo lugar el pasado mes de julio. García-Tapia fue nombrado consejero delegado de la compañía, en cuyo consejo aterrizaron algunos empresarios destacados, según adelantó El Economista y ha sido confirmado por este medio. Despuntan dos: Jaime Castellanos, presidente de Lazard, y Jon Riberas, uno de los dueños de Gestamp.
Pero no son los únicos: también aparecen como consejeros Manuel María Puga Fernández, exdirectivo de Adif, y Pedro del Corro García-Lomas y Álvaro Garteiz Castellanos, consejero general y responsable del departamento financiero de Torreal (la sociedad inversora de Juan Abelló), respectivamente. Todos estos directivos llegaron tras la ampliación de capital de la compañía: de 1,1 millones de euros de valor nominal de las acciones, según se refleja en el Registro Mercantil.
Además de las 75 licencias que controlan a través de la sociedad, tiene otras tres compañías bajo su paraguas: Cartravel Spain, Don Planet Madrid y Raroga 2015. Esta última tiene registrada una licencia de VTC, mientras que la primera y segunda cuentan, al menos, con otros 20 permisos pendientes de sentencia judicial del Tribunal Supremo.
Ocho sociedades nuevas
Todas estas son las sociedades que Cabify, a través de su filial, ha transmitido a terceros. En este contexto, la sociedad ha creado otras ocho compañías con nombres que arrancan con la palabra ‘Global’. Ninguna de ellas tiene, al menos por ahora, licencias VTC vinculadas.
El procedimiento es diferente al utilizado por las anteriormente transmitidas. Cada una de esas ocho fue creada en junio de este año por la firma Latorre & Asociados Consultoría y, un mes después, Cabify se convertía en único accionista.
11 millones en licencias adquiridas
La antigua Maxi Mobility Transporte de Viajeros (hoy Vector Ronda Teleport SL) no refleja en su memoria anual el número de licencias en propiedad, ni las transmitidas. Pero sí el valor de las que tiene en cartera.
Según queda reflejado en las cuentas, las existencias de la sociedad “corresponden a licencias adquiridas”. Y estas tenían a cierre de ejercicio un valor de 12,2 millones de euros (frente a los 1,3 millones de un año antes). “Las existencias se valoran a su precio de adquisición o valor neto razonable, el menor”, explica la compañía.
Junto a esto, la compañía añade que a 31 de diciembre, tiene compromisos “firmes” de venta de licencias por importe de 94.000 euros.
¿Cómo funciona la transmisión de licencias en Cabify?
Según un contrato al que EL ESPAÑOL tuvo acceso, suscrito a mediados del pasado ejercicio 2016, Cabify firma la transmisión de autorizaciones de transporte. En este caso son siete licencias. El precio: 26.600 euros, con el IVA incluido. De ellos, 2.000 euros por licencia como señal y 24.600 al contado por cada una, mediante transferencia o cheque bancario, de manera previa o simultáneamente a la transmisión.
La contraprestación es muy clara: el cumplimiento del contrato de servicio entre Cabify (Maxi Mobility Spain) y la empresa que gestionará esas licencias VTC. Y en ese contrato hay una condición que destaca frente al resto: una exclusividad durante los dos primeros años. La compañía lo llama "no competencia". Dejan expreso en el documento que podrán llevar a cabo servicios por medio de teléfono e internet "con exclusión expresa de una aplicación de reserva de vehículos en tiempo real a través de dispositivos móviles". Es decir, sin mencionarlos, coloca a competidores como el propio Uber.
Una ‘mega ampliación’ de capital pendiente
Al margen de las cifras de su negocio, la compañía está pendiente de cerrar una ronda de financiación de varios cientos de millones de dólares. Una primera fase de la operación, comunicada en la SEC estadounidense, se cerró en mayo de este año por 100 millones de dólares.
Según han confirmado viarias fuentes del mercado, el objetivo es alcanzar una ronda de más de 300 millones de dólares.